La repetición de los penaltis, como las manos: lo pitan como y cuando quieren

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Ganaba 1-0 el Atlético de Madrid al Alavés y cuando el partido empinaba la recta final, la lupa ha salido a flote. Martínez Munuera ha indicado el punto fatídico a favor de los vitorianos, pero Oblak, el gran héroe, le ha ganado el pulso a Joselu. Sin embargo, en las imágenes que circulan de la jugada se aprecia cómo el portero rojiblanco no se mantiene en la línea y se adelanta. Para más inri, varios de sus compañeros ingresan en el área en busca del rechace antes de que el ariete babazorro dispare. 

Esta jugada es, a todas luces, como las manos, e incluso más grave. Si bien en el segundo caso no parece haber un criterio definido y ni siquiera los árbitros saben a ciencia cierta cuándo se tienen que señalar, sí que es clara y manifiesta la norma a la hora de repetir las penas máximas. Ya sea cuando el portero se adelante o si un futbolista pisa el minifundio del área antes de que el lanzador chute, hay que repetir. En esta jugada confluyen ambas circunstancias, pero solo ha habido un lanzamiento.

En cambio, y por poner un ejemplo, sí se hizo en el 1-1 del Valencia ante el Real Madrid en Mestalla en una acción en la que Courtois no se adelantó y en la que quien entró fue Yunus Musah, por lo que se benefició al infractor. Y sin ir más lejos, con las manos, todavía retumba en la retina la de Felipe en el último derbi. Tanto aquel borrón como el de hoy son jugadas capitales que a la postre pueden decidir el campeonato. Y muchos aficionados, como yo, seguimos confusos mientras que los que deben arrojar luz solo escudan las decisiones arbitrales. Entre bomberos no se pisan la manguera.