Recuperar el ADN en el día del ultimátum
El Real Madrid se juega absolutamente todo el próximo miércoles ante el Borussia Mönchengladbach. El conjunto blanco necesitará ganar a los alemanes para conseguir algo que hasta hace no tanto se daba por hecho; pasar a octavos de final de la Champions League. En la competición fetiche, el equipo no está siendo ni la sombra de lo que su historia le exige y lo que el escudo representa. Un equipo que está al límite y que podría caer incluso a Europa League, la cual hace más de dos décadas que no disputa. Un contexto cuanto menos poco habitual para los madridistas.
Zinedine Zidane se jugará también probablemente su puesto ese día, ya que una derrota podría suponer su dimisión como técnico, porque no parece posible que Florentino opte por cesarle tras todo lo que le ha brindado a esta entidad. El francés tiene que ser capaz de sacar fuerzas de donde no las haya, conseguir que su mensaje vuelva a calar entre los pesos pesados del vestuario, que siguen en su barco, y liderar al unísono a la plantilla con el capitán, que vuelve en el momento justo. Hay que dar un último voto de confianza al hombre que llevó al Real Madrid a lo más alto.