Solari ha querido coger el toro por los cuernos, sin saber que no hay mejor torero que el malagueño
El fútbol cada día es más resultadista. No descubro nada. Pero es escuchar hablar a cierto sector de la prensa incluso algún jugador y alucinar. El Madrid cumplió e hizo los deberes, bien, pero este no es el camino. No irse perdiendo al descanso en el Olímpico fue un milagro. Perotti se estrelló con Casillas en el Pizjuán, pero es que el disparo de Ünder a placer llegó al fondo de la Curva en el Olímpico. Además de esa, sin duda la más clara del primer tiempo, la Roma dispuso de otras muchas ocasiones para tomar ventaja.
El Eibar, que buen repaso le hizo al Madrid el pasado sábado. Siempre le jugó al conjunto blanco de la misma manera, pero con la mala fortuna que nunca acertó primero. En un juego cada vez más igualado, el que acierta primero tiene todas las de ganar. Más que acertó, el Madrid no falló. Fazio la sirvió en bandeja y Bale, que hasta el momento no había hecho acto de presencia, desequilibró la balanza y permitió al Madrid suspirar.
En un primer tiempo de nulas llegadas del Madrid al área rival, salvo dos disparos desde la distancia de Modric para calentar a Olsen, no hubo plan ni ideas. Descoordinado un equipo que por orden de su entrenador, intenta ser más vertical y así lo transmite Courtois en cada jugada. De las malas rachas, se salen ganado y uno luego se encuentra. El Madrid puede ganar o perder, pero lleva mucho tiempo sin saber de sí mismo.
Por eso, sorprende lo de Isco. Un jugador de su calidad, líder de la Selección y imprescindible en el Real, no puede irse a la grada. El respeto decía Ramos que se gana con el tiempo. Y Solari ha entrado en el vestuario con mano izquierda, la misma que nunca usó Zidane y que parece que no gusta mucho en el vestuario. Está bien que imponga su autoridad, Isco casi ya no sabe a que huele el césped, pero lo de la grada estuvo muy feo ni que decir, si es verdad, de su primera intención que era no hacerlo ni viajar.
El Madrid que no se encuentra, necesita a Isco. Más aún sin Cristiano, sólo hay que ver a La Roja cuando carbura quien coge el timón. Solari quiere y pretende ser vertical e Isco puede no estar en su mejor momento de forma, pero el banquillo va bien como estirón de orejas. Lo de la grada para un tipo como Isco...me inspira inexperiencia de un Solari que ha querido coger el toro por los cuernos, sin saber que de la cornada el que te puede salvar es el de la grada. No hay mejor torero que el malagueño.