Un centro del campo para dominarlos a todos
El Madrid nunca tuvo un patrón, una idea, un modelo. No ha importado cómo, cuándo y dónde sino el hecho en cuestión, ganar. Desmoralizar al vencido y salir victorioso. Así le ha ido, el club más laureado de la historia ha sobrevivido a tantos años de historia y a tanto odio rival, ganando por dóquier, disfrutando en la batalla sin preocupación de profundizar, analizar e indagar en la búsqueda de un modelo. Solamente con una preocupación; ganar, ganar y volver a ganar. Un lema basado en resultados y no utópicas profecías que no muestran las vitrinas.
El Bernabéu que tanto ha sufrido y tanto ha ganado, ha visto construir un equipo a través de Emerson, Gago o Diarra. Ha experimentado con Royston Drenthe, Lassana Diarra, Faubert y Hamit Altintop. Incluso ha probado con un Khedira sin libertad o unos tulipanes como Sneijder o Van der Vaart que nunca terminaron por confirmar su calidad. Su paciencia está probada.
Pero, ¿ahora? Modric-Casemiro-Kroos es la primavera vestida de blanco todo el año. No hace frío ni calor. Pura compenetración para asumir una responsabilidad mayor. Ante el Napoli fue una ligera idea de hasta donde pueden llegar.
Casemiro se siente cómodo, no conoce la presión ni el miedo escénico, no le pesa la camiseta. Se fue a Porto a terminar el máster y volvió curtido y consciente de su posición. Es un héroe que no lleva capa pero que no le gustan las cámaras, vive en la sombra. Juega, cumple y desaparece. Un pulpo que vive de la recuperación y por si fuera poco, de vez en cuando deja regalos como el de pasado miércoles, que se rumorea que estaba entrenado.
Kroos es el temple, la pausa, la coordinación. Es de fábrica alemana y se nota. Siempre a trote y nunca a sprint, pero al final siempre es el que más corre del Madrid. Cuida y guarda la pelota. Él se encarga de organizar. En corto o en profundidad, siempre con la intención de oxigenar.
Y por último, Luka Modric. Justifica siempre la entrada. Segundos de gloria cuando la pelota descansa en sus pies. Un abanico de recursos para salir airoso de la presión. Se compagina con Kroos para dar ventaja a los blancos con balón. Siempre un paso por delante, tiene llegada y magia en el pase.
Una buena decisión en la política de los fichajes, las circunstancias y la dirección del Madrid les ha juntado. Por gusto o necesidad, la razón es que los tres se compenetran. Son diferentes pero necesarios. No hay estadio donde el Madrid se tenga que preocupar, si los tres salen a jugar. El Madrid ya gana partidos con su centro del campo.