Un despropósito tras otro: los cinco meses de pesadilla en la ‘Casa Blanca’

Corrían buenos tiempos en el Real Madrid hace no mucho. Concretamente el 26 de mayo, cuando se alzó con la tercera Champions consecutiva, cuatro de las últimas cinco. La Decimotercera ‘borró’ la desastrosa temporada a nivel nacional (fracasos en Copa y Liga). Pero a partir de ese día, el madridismo ha vivido en una pesadilla constante.

Esa misma noche Cristiano dejaba en el aire su futuro (una vez más), y Zidane dimitía esa misma semana. Comenzó el ‘casting’ de entrenadores: Pochettino, Conte, Klopp, Allegri, Naggelsmann… Todos respondían con un ‘No’ al interés de un Madrid que tuvo que ‘tirar’ de su sexta opción, Julen Lopetegui. Entonces, se confirmó la venta del máximo goleador histórico del club y, para colmo, el técnico vasco debutaría con una contundente derrota ante los vecinos en la Supercopa de Europa (4-2). Con mercado todavía por delante, pese a la hecatombe en el derbi europeo, en el Madrid se optó por no reforzar la plantilla con ningún galáctico que rellenase el vacío de goles que dejaba Cristiano. Y claro, pasa lo que pasa.

Dos meses después de iniciarse la competición, Lopetegui es cesado como entrenador del Real Madrid tras encadenar un empate y cuatro derrotas en los últimos cinco partidos de Liga, competición en la que el club blanco se sitúa en 9ª posición después de 10 jornadas, y a 7 puntos del líder. Un líder, el eterno rival, que ayer nos endosó un 5-1. Sin olvidar que esta temporada el Real Madrid ha alcanzado su segundo peor registro sin anotar gol de su historia. Y Julen se va siendo el segundo peor entrenador de la historia del club: 1,43 puntos por partido. Casi nada.

Para colmo, se daba por cerrada la llegada de Antonio Conte para agitar un vestuario acomodado que parece haberse cansado de ganar. Pero no, otro giro de tuerca, y el italiano está casi descartado, posiblemente por las declaraciones post-partido de ayer de Sergio Ramos. Será Solari quien se hará cargo del equipo frente al Melilla, Valladolid y Celta. Y luego, en el parón, ya veremos. La ilusión, por los suelos…