Al final no estaba loco
Han tenido que pasar tres años y un mes para que la verdad haya salido a la luz. Ese es el tiempo que ha pasado desde la marcha de Mourinho a las declaraciones de Del Bosque en El Larguero, en las que criticaba la actitud de Casillas con el cuerpo técnico. Estas palabras llegan tras el ridículo de España en la Eurocopa y con el fin de Del Bosque como entrenador del combinado nacional. De ahí que muchos hayan querido tirar balones fuera y asegurar que simplemente ha dicho eso para que ahora todo se centre sobre Casillas y no sobre su figura.
Las acusaciones de Del Bosque son gravísimas por dos motivos principales. El primero, por la relación que han tenido durante tanto tiempo. Como ha reconocido el propio Casillas, se conocen desde que el portero tenía 9 años. Han trabajado juntos en el Real Madrid y lo hicieron luego cuando Del Bosque asumió los galones de España. El segundo, porque viene a confirmar todo lo que dijo Mourinho en su día sobre el por entonces capitán del Real Madrid. La campaña de acoso y derribo contra el portugués fue brutal en cuanto decidió tocar la figura del Santo, del yerno y del hombre ideal. El hecho de dejarle en el banquillo era por cuestiones personales, no por su escaso rendimiento deportivo ni por su actitud hacia los compañeros. Le llamaron loco por sentar al "que tanto nos ha dado", y al final, como por orden de La Reina de Corazones de Alicia, le cortaron la cabeza. A Mourinho le siguieron Diego López, Xabi Alonso o Arbeloa, pero por suerte toda esta farsa ha llegado a su fin.
El hecho de que haya sido Del Bosque quién haya dicho tal cosa sobre Casillas aumenta su credibilidad. Porque no se trata de un nazi ni de un mourinhista, sino de alguien que ha defendido a capa y espada al portero del Oporto y que le ha llevado a la Eurocopa aunque su nivel no era el necesario. Aunque suene extraño, gracias Del Bosque por abrir los ojos a todos aquellos que se reían cuando se decía lo poco profesional que era Casillas. Tu servicio al frente de España ha terminado de la mejor manera posible. Puedes marcharte con el deber cumplido.