Bale
Fichar a Bale, en plena crisis política, social y económica, por nada más y nada menos que 91 millones de euros es señorío. Así de simple. Somos el club más grande del universo. Eso sí, a mi me parece decepcionante no llegar al despacho del desesperante Levy, chequera en mano, con chaqueta negra azabache a medida, abrochada, cuello de la camisa blanca impoluta ajustado, sin llegar a apretar, y dejar 200 millones en la mesa, sin presentaciones ni tonterías. Marcharse dejando un "quédate la vuelta" y cerrar la puerta dejando en la habitación un perfume señorial único e implacable. Ese perfume que sólo pertenece al Real Madrid. ¿Es que acaso somos el Getafe?
Pero bueno, Gareth ya está aquí. "He cumplido el sueño de mi infancia" dijo en su carta de despedida al Tottenham. Y es que el esfuerzo del jugador y esa desobediencia civil, a lo SAT de Andalucía, por inmoral y por sentimental, han sido claves para la llegada del galés al club blanco.
La noticia ha dado trabajo a mil ciento cincuenta y dos obreros que ante el acojonamiento de los rivales han mandado a los trabajadores a reforzar los alicatamientos de los estadios. Normal. Un contra-ataque comandado por Modric, seguido y dirigido por Isco, ante las cabalgadas imperiales de la dupla más temible del mundo necesita al menos treinta sistemas de seguridad anti-terremotos en los estadios. Cristiano-Bale será histórico. Y es que este orejón no es una serie de dibujitos animados de Disney, este portentoso animal es una puta película de Quentin Tarantino.
Ante el miedo, ahora sólo queda difamar, hacer juicios de valor y demonizar el fichaje. Os aviso porque tendremos semanas y semanas plagadas de bilis. Vómitos como cortinas de humo para tapar el miedo. Los que visten la camiseta que ha pagado 100 kilos por un brasileño de pelo en punta, que no sabe lo que es jugar la Champions os dirán que es inmoral pagar tanto por un jugador. Entrenadores que cobran más de cinco millones netos al año dirán que no se puede gastar tanto dinero en tiempos de crisis. Habrá gente que después de defender que ciertos jugadores defrauden a Hacienda entren en cólera porque un club se gaste el dinero que genera. Y también saldrán dirigentes -o sacerdotes, quién sabe- que están al mando de personas que nadan entre aguas brasileñas de evasión fiscal.
Miedo, amigos, miedo. Pánico. Pavor. La película de terror para muchos empieza hoy, a la 13:00h.
#WelcomeBale