Bale y el mal de ojo
Gareth Bale es, sin lugar a dudas, el mejor jugador del Real Madrid en la presente temporada. El galés funcionó con Benítez, de los pocos que lo hicieron, y se sale con Zidane. El nivel del de Cardiff es sobresaliente y ante el Sporting volvió a ser protagonista. Participó en los tres primeros goles de los blancos. Marcó uno, dio otro e inicio la jugada del restante. Iba camino de una nueva exhibición cuando se dolió del soleo, ¡maldito soleo!, de su pierna derecha. De la ilusión al susto. Los madridistas se estremecieron al ver como Bale abandonaba renqueante el terreno de juego.
Todas las lesiones son inoportunas pero esta de Bale lo es aún más por el momento en el que sucede, cuando se había erigido como el líder, con permiso de Cristiano, del Real Madrid. Con el Bernabéu a sus pies, cuando por fin había conquistado a esa exigente, a veces incluso demasiado, afición. Maldita mala suerte.
Bale está llamado a ser un habitual de los podios del Balón de Oro en los próximos años. Además, Florentino Pérez siempre ha visto en el galés al sustituto perfecto de Cristiano en el futuro. Pero Gareth ya es presente también. Sus 13 goles en Liga así lo refrendan. Ya fue clave en la Champions League y la Copa del Rey de 2014. Ahora solo falta que, de una vez por todas, alguien le quite ese mal de ojo con las lesiones.