Carta de despedida de un madridista a Johan Cruyff
La rivalidad entre Real Madrid y Fútbol Club Barcelona creció con la llegada de Johan Cruyff al club azulgrana. El holandés cambió, primero desde el césped y después desde el banquillo, la historia del equipo de la Ciudad Condal. Fue para el conjunto catalán lo que Di Stéfano para la entidad de Chamartín. Hoy, 24 de marzo de 2016, la luz del '14' se apagó. Cruyff perdió el partido contra el maldito cáncer, pero su recuerdo será imborrable. La familia madridista siempre tendrá a 'El Flaco' la máxima admiración y respeto como rival. Un contrincante duro y bueno, muy bueno. Sin duda, una de esas leyendas del fútbol que han hecho que Madrid y Barça luchen con más ahínco y se retroalimenten para ser más grandes.
Como futbolista Cruyff está considerado como uno de los mejores de la historia. Los más jóvenes no hemos tenido la oportunidad de verlo jugar, pero sí visionar por Internet algunos de los encuentros del mítico jugador holandés. Sin duda, las mejores referencias del '14' vienen de nuestros mayores. Ellos son los mejores cronistas para trasladarnos a otra época y lo que significó la llegada de Cruyff al fútbol español. Los treinteañeros recordamos a 'El Flaco' en el banquillo del Barça con sus inseparables Chupa Chups. Aquellas Ligas de Tenerife, de nefasto recuerdo para todos los madridistas, y el gol de Koeman en Wembley supusieron el principio de un nuevo Barcelona. Porque Cruyff fue pionero también como entrenador. La primera Champions League en la historia de los culés tuvo su firma y su mítico Dream Team supuso una revolución para la concepción actual del fútbol moderno junto al Milan de Arrigo Sacchi y la inolvidable Quinta del Buitre. Los finales de los 80 y principios de los 90 estuvo marcada por aquellos tres equipos que ya han pasado a la eternidad.
Algunos siempre nos quedamos con las ganas de ver a Cruyff entrenar en otro grande tras su paso por el Barcelona. Sin embargo, el holandés puso en 1996 el punto y final a su trayectoria en el banquillo. Solo volvió durante una breve etapa para ser seleccionador catalán, un puesto meramente representativo y sin ningún valor deportivo. Una decisión que algunos criticamos en su momento y que a día de hoy seguimos sin compartir. La sombra de Cruyff siempre fue alargada en Can Barça. Con Laporta tuvo voz y mando, pero sus desavenencias con Rosell hicieron que sus últimos años viviera en una continua Guerra Fría con el club de sus amores.
Cruyff lo fue todo en el fútbol. Aquí no hay colores que valgan. Su marcha supone una gran perdida para todos los que amamos este deporte. Porque sin Cruyff los madridistas no hubiéramos vivido esta rivalidad tan brutal, como enriquecedora a su vez, con el Fútbol Club Barcelona. El partido del próximo 2 de abril debe ser el mejor homenaje para 'El Flaco'. Un tributo merecido para un genio. Cruyff y Di Stéfano jugarán, de azulgrana y blanco respectivamente, el primer Clásico desde el cielo. Que ruede el balón.