Cuando el diablo no tiene nada que hacer...

09.11.2014 19:30 de  Nacho Caballero   ver lecturas
Cuando el diablo no tiene nada que hacer...

Dicen que cuando el diablo no tiene nada que hacer mata moscas con el rabo y, analizándolo fríamente, es cierto. En este caso, sustituiremos la palabra diablo por periodista. Sí, se lo que estaréis pensando. Quizás estoy tirando piedras contra mi propio tejado, pero no hay más cera que la que arde. Cuando los periodistas no tienen - o no tenemos, mejor dicho - nada con lo que llenar portadas o los minutos de un debate, ya sea en radio o televisión, crean una nueva línea para colmar ese vacío cuando todo es una balsa de aceite.

Es posible que no sepáis a que hecho concreto me refiero con todo lo que he escrito en el párrafo anterior. Os lo explico. Recientemente se ha creado una nueva línea de opinión cuya máxima es la crítica a Ancelotti por la alineación de Bale en detrimento de Isco. Sí, de Isco. Algunos incluso derrochan generosidad y meten a James en el debate. ¿Es necesaria esta discusión? Puede ser, ¿por qué no? Pero lo denigrante es el tratamiento que se le aplica.

Muchos no entienden la decisión de Ancelotti - ayer por ejemplo - de prescindir de uno de estos dos jugadores que conforman el cuarteto de los violinistas blancos para dar entrada a Bale en el once inicial. Tampoco entienden que la temporada es muy larga. Estos mismos que han presentado este debate, criticarían a Carlo, a final de temporada, si el equipo no llega físicamente al cien por cien. ¿Tanto cuesta entender que hay que dosificar a los jugadores?

Entiendo que el 4-4-2 haya emocionado a los amantes del fútbol, pero creo que el Real Madrid tiene muchos recursos y muchos jugadores con calidad para ganar partidos. Bale es uno de ellos y parece que ahora es un tuercebotas. Es cierto que tiene que trabajar mucho más en defensa, implicarse y ser más solidario, pero de ahí a tacharle de inútil hay un trecho.

El rigor es necesario en esta santa profesión y también la coherencia, claro. Por desgracia esto brilla por su ausencia en nuestros días. No en todos los casos, no hay que generalizar, es evidente. Hay que ser consecuente con las palabras que cada uno dice y más si se trata de personas que están en la palestra continuamente porque generan opinión en la ciudadanía. Este debate, bajo mi punto de vista, está fuera de lugar. Se puede discutir que dibujo gusta más, pero no lanzar una pregunta con fines puramente comerciales cuando no hay nada noticiable.