El compromiso de Khedira
Una vez más, Sami Khedira tendrá que volver a pasar por enfermería. El internacional alemán se ha convertido en el claro reflejo del enfado que la afición del Real Madrid siente con sus jugadores tras la vergonzosa actuación en el derbi y la más vergonzosa aún celebración posterior. Una celebración que no quiso perderse, entre otros, Sami Khedira a pesar de que tan solo unas horas antes había tenido que ceder su sitio en el terreno de juego al sufrir un pinchazo
Sami Khedira parece haber olvidado que el club que le ha hecho grande en el panorama internacional ha sido el Real Madrid. Desde su lesión en un amistoso con Alemania en noviembre de 2013, el jugador no ha vuelto a ser el que era. Sus escasas participaciones con la camiseta blanca han pasado sin pena ni gloria, y su trayectoria deportiva en estos 15 meses se resume en partidos con su selección, donde no ha dudado en disputar cada encuentro, ya fuese amistoso o perteneciente al calendario oficial.
Lejos ha quedado el Sami Khedira que fue figura clave del Real Madrid de José Mourinho, aportando equilibrio, fuerza y sacrificio en el centro del campo. Su importancia en el esquema táctico del equipo se ha ido apagando a la vez que aparecían continuas lesiones y crecían los rumores sobre su deseo de no renovar. Como se comprobó el pasado sábado, su cabeza parece ya más cercana a la Bundesliga, probablemente en el Bayern de Munich de Guardiola.
La afición ya está cansada de este tipo de actitudes por parte de jugadores que siempre han sentido el apoyo incondicional de la grada desde su llegada a Madrid. Y es que hay que recordar que hablamos de un futbolista que ya se perdió la Supercopa de España el pasado mes de agosto por estar pendiente de cerrar su salida a otro club.
Khedira está en su pleno derecho de pensar en un futuro lejos del Real Madrid, sin embargo, su situación no debe lastrar el rendimiento de toda la plantilla y perjudicar el progreso de hombres aparentemente mucho más implicados como Asier Illarramendi o el propio Lucas Silva. Y precisamente eso, la implicación, se mirará con lupa después de la imagen ofrecida el pasado sábado dentro y fuera del campo.