Es mi turno

Papá me agarraba la mano cada vez que sonaba ese himno extranjero que levantaba a todo el Bernabéu de sus asientos. Eran días extraños. Papá siempre iba en chándal al fútbol. Pero entre semana no. Se engalanaba, se perfumaba y se evadía en recuerdos por el camino. A mí sólo me quedaba escuchar, aprender de sus relatos la historia del escudo que llevaba en la pequeña camiseta que vestía para el partido.

Pero eso del himno no era normal. Eran tan sólo 40 segundos que disfrutaba viendo el agitar de las banderas por los aficionados. Pero mi padre no. Pasaba los cuarenta segundos absorto, con las pupilas vidriosas y con una sonrisa en los labios. Una vez me contó lo que sentía al escuchar el himno.Yo no sabía quiénes eran esos señores, sólo los conocía de oídas. Mi abuelo me hablaba de Di Stéfano, de Puskas, de Gento y de las gestas que consiguieron. Papá me hablaba de Butragueño, de Juanito, de Mijatovic, de Hierro, de Redondo, de Raúl, de Figo, de Guti, de Zidane. Sólo sabía quiénes eran algunos. Mi padre me decía que en esos segundos, con la música de fondo, cerraba los ojos y veía a Mijatovic levantando el brazo corriendo como un loco celebrando el gol de la Séptima que levantaría Sanchís; que veía a Raúl en una carrera interminable driblar a Cañizares y a Sanchís levantándola de nuevo; me contaba que veía a Roberto Carlos centrando un balón que Zidane convertía en magia para darnos la novena. No sólo le daba para eso.

Papá me contaba que se acordaba más de los que se quedaron a las puertas de la gloria que de los éxitos. Me contaba triste, pero orgulloso, las históricas remontadas del Madrid, las maldiciones de los octavos y no sé cuántas cosas más. "Ya llegará tu turno, y sabrás lo que se siente", me decía.

Ahora tengo 20 años. Y el miércoles hay Champions. Mis ojos se cierran automáticamente cuando el himno retumba en el Bernabéu. Los pelos se me erizan mirando al cielo y mi recuerdo lo pueblan las imágenes que hace años me contaba papá.

Es mi turno, y lo siento.

autor

Francisco José Reina

Conato de maestro. Un pasional y crítico madridista extremeño articulista y colaborador en EM7. Eterno viajero de sueños e ilusiones desde la vieja Augusta Emérita. El indomable y salvaje anarcomadridismo trombólico que surge en el último suspiro de un segundo. Eso debe de ser el Madrid.