El hazmerreír de Europa
El clásico es la joya de la corona de LaLiga. Uno de los eventos más seguidos a nivel mundial, con cientos de millones de espectadores que el pasado domingo seguramente quedaron pasmados y alucinados con la organización del fútbol español.
Transcurría el minuto 80 cuando Marco Asensio remataba directo al fondo de la portería un centro de Carvajal para poner el 1-2 en el marcador. Un resultado que hubiera dado un vuelco a LaLiga. Sin embargo, el VAR alertó a De Burgos Bengoetxea de que el mallorquín estaba en zona antirreglamentaria. Tras el gol anulado, la realización mostró la típica imagen con las líneas que "demuestran" esa "posición ilegal" y que, en cada fuera de juego justito, obliga a los aficionados a hacer un acto de fe para creerse la invalidez del tanto.
De ahí mi envidia hacía otras ligas. Igualitas las imágenes del VAR que ofrecen en LaLiga que las que muestran en la Champions, en la Premier League o en la Serie A, donde cuentan con el fuera de juego semiautomático desde hace meses y con imágenes mucho más clarividentes, para las que no se necesita ningún acto de fe. Las chapuceras líneas del VAR están al mismo nivel que los famosos informes de Negreira: trabajo de niños. Qué le pregunten al Osasuna (vs. Celta) o al Cádiz (vs. Elche).
¿En qué se gastan el dinero en la Federación? ¿Por qué LaLiga no puede tener esa tecnología que acabaría con tanta polémica? Ojalá que el hecho de que haya ocurrido en un clásico sirva para que se tomen medidas y se cambie un sistema que parece de la época de los arcade y los marcianitos. LaLiga es ahora mismo el hazmerreír de Europa. Y cómo no lo va a ser teniendo en cuenta que Mediapro, la empresa de Jaume Roures, avalista e inversor del Barcelona, es la encargada de la realización de los partidos; y que el VAR, con Clos Gómez al frente, depende del Comité Técnico de Árbitros, que a su vez también depende de la RFEF, que hizo la vista gorda sobre el BarçaGate hace nueve meses. Quizás es que no interesa mejorar la tecnología. Pero mientras, el mundo entero se ríe de la tecnología tan ridícula que hay en el fútbol español. Árbitros y tecnología que, ¿casualidad?, siguen perjudicando más al Real Madrid en los clásicos.