Perdónalos, padre
El arquitecto del Real Madrid moderno, Florentino Pérez, se ha convertido en una de las figuras diferenciales de la historia del fútbol, y ya se encuentra en el Olimpo de este deporte junto a don Santiago Bernabéu. Muchos madridistas aún no se han dado cuenta, y es que el ser humano solo echa de menos cuando pierde algo, pero eso sucederá cuando el presidente deje su puesto para cerrar su etapa y abrir otra. La remodelación del estadio es su obra magna, como apunta mi compañero Javier Rubiano, es el culmen a una trayectoria dedicada al conjunto blanco, un último paso para caminar sobre los Elíseos.
Si algo hay que reconocerle a Florentino, aparte de las múltiples Champions conseguidas, es la recuperación de una identidad perdida después de la etapa de los 'Galácticos'. Sin rumbo alguno, las personas nos encontramos perdidas y sin una razón de ser o existir, y algo parecido sucedió con el Real Madrid hasta 2009. La segunda venida, con la llegada de auténticas estrellas como Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o 'Kaká', entre otros igual de importantes como Xabi Alonso, marcó el devenir de un club, histórico como él solo.
ETERNOS AGRADECIMIENTOS
El nuevo estadio, más allá de ser de siglo XXIII, es la conjugación de la grandeza y la eternidad que posee el Real Madrid. Otros clubes tienen su historia, pero ninguno es el equipo blanco, impoluto e inigualable. Perdónalos, Florentino, por las críticas injustas, por las exigencias sin razón de ser. Pero sobre todo, por no valorar la importancia de tu figura, que desde hace mucho tiempo se encuentra en la misma mesa que don Santiago. Sin vosotros dos, así como de otros presidentes (Lorenzo Sanz o Ramón Mendoza), no se entendería la perdurabilidad del club.