Por la puerta de atrás
Con la última convocatoria de Carlo Ancelotti para el partido del próximo sábado ante el Espanyol saltaba la noticia: Gareth Bale se caía de la lista por "molestias en la espalda", aunque el verdadero motivo de su ausencia ha sido más bien la vagancia y el pasotismo, por el que además el Real Madrid podría sancionarle. Pese a que Carletto podía darle minutos para que Benzema descansara antes del duelo de Champions contra el City, el galés ha decidido borrarse del encuentro frente a los pericos.
Su semana había transcurrido con normalidad, entrenándose con el resto del equipo sin problemas, y todo apuntaba a Ancelotti le daría la oportunidad de jugar y, posiblemente, celebrar el 35º título de liga en el Santiago Bernabéu. Todo ello a solo dos meses de que expire su contrato y salga del Real Madrid por la puerta de atrás. Si Bale tenía alguna posibilidad de fumar la pipa de la paz con el madridismo, la ha echado a perder.
Siempre será recordado por sus goles en las finales de Champions en Kiev y Lisboa o su famoso gol en la final de Copa en Mestalla, así como por haber formado parte de un tridente histórico y de lo más mortífero como la 'BBC'; pero jamás será una leyenda del Madrid. Su desplantes al club y a la afición no le hacen merecedor de tal honor. Reconciliarse con el madridismo era misión imposible, pero una despedida más lúcida sí que era factible. Sin embargo, Gareth ha tirado a la basura esa posibilidad y ha vuelto a dar la espalda al Real Madrid. No hay duda, Bale saldrá por la puerta de atrás con más pena que gloria.