Un partido desastroso y una bala en la recámara
A nadie se le escapa que el partido del Real Madrid en la tarde de ayer fue un bochorno. Un equipo roto, sin alma, sin esa solidez defensiva de la que tanta gala había hecho en la Liga tras el confinamiento y sin ímpetu alguno de victoria. Sensaciones malas por todos lados y un entrenador que no supo dar con la clave del triunfo por segundo encuentro consecutivo. Sin excusas.
Dicho esto, y aunque parezca un recurso fácil, en el conjunto blanco de vez en cuando viene bien echar la vista atrás. En gran parte, porque esta cantinela la vivimos prácticamente año sí y año también; es muy raro ver una campaña madridista que haya comenzado de la mejor manera. Desde la primera de Zidane (15-16), que empezó con Benítez y sus problemas y acabó con la Undécima, hasta la pasada, absolutamente igual que esta, los mismos jugadores, y que terminó con LaLiga bajo el brazo. Exceptuando la temporada del doblete (16-17), el Madrid de 'Zizou' tiene por costumbre ser un equipo irregular que progresa, como es evidente, de menos a más. El año de la Decimotercera, los blancos quedaron apeados de Liga (casi por 20 puntos de desventaja) y Copa en febrero, y con un horizonte negro con un encuentro europeo (PSG) que auguraba pocas esperanzas. Y nada más lejos de la realidad, el Madrid se sobrepuso y ya sabemos el resto de la historia.
Con esto no quiero decir que las críticas a este equipo no sean justas, por supuesto que lo son. Al mejor equipo del planeta hay que exigirle como tal, pero sorprende que no recordemos de dónde vienen estos jugadores y todo lo que han dado. Si hay alguien que muere con los suyos y que es capaz de sacar la mejor versión de cada uno, ese es Zinedine Zidane. Es un año de transición, el primero en 20 años sin fichajes, y recuerden que esto no es cómo empieza, sino cómo acaba. El clásico será la gran bala en la recámara de los merengues para redimirse, y no sería la primera vez que los azulgranas pagan los platos rotos (la temporada pasada el Madrid perdió contra Levante y City (1-0 y 2-1) antes de imponerse en el Bernabéu al club culé (2-0). El Madrid siempre vuelve.