Indefendible
Decepción, desilusión, desencanto. El derbi ante el Atlético de Madrid ha supuesto un nuevo golpe para una afición madridista harta de un equipo sin alma y sin orgullo, que vaga por una Liga en la que ha perdido la friolera de 24 puntos en 26 jornadas. Sin opciones de conquistar el campeonato doméstico, los futbolistas blancos repiten una y otra vez que aún queda la Champions League y que ganar la Undécima supondría enderezar el rumbo en una temporada que está siendo catastrófica.
Pero la cuestión es, ¿puede el Real Madrid, tal como está en estos momentos, luchar con Barcelona o Bayern de Múnich por conquistar la Champions? A no ser que se produzca un milagro, no es algo que parezca posible. El Atlético volvió a desnudar el conjunto blanco, como ya han hecho numerosos equipos esta temporada. La afición, indignada, señaló al palco y es cierto que nadie puede salvarse cuando las cosas se están haciendo tan mal. Sin embargo, el punto de mira debe dirigirse hacia los jugadores, señalados una vez más en el derbi.
Desaparecida la excusa de Benítez, con quien no existía entendimiento, los futbolistas se han quedado sin coartada con la que cubrirse. La llegada de Zidane pareció ser la solución, pero el efecto del francés se ha diluido con el paso del tiempo. La falta de fútbol, y lo que es peor, del orgullo y la garra que siempre ha caracterizado al Real Madrid, está provocando que la afición mire con cada vez peores ojos a unos jugadores que, desde la conquista del Mundialito de Clubes a finales de 2014, parecen haber perdido por completo la motivación y el hambre de victoria.