La fórmula Zidane vuelve a funcionar
La temporada pasada se vivieron demasiados momentos tensos en el Bernabéu.
'Lo que Zidane unió que no lo separe nadie' debería ser el principal lema de los aficionados blancos en esta temporada. Con su marcha el año pasado se esfumó la unión del vestuario que tantos éxitos había dado al Real Madrid. Lopetegui intentó hacer del vestuario un bloque sólido con el que aspirar a todas las competiciones, pero no lo consiguió y llegó Solari, que se enfrentó de lleno con muchos jugadores importantes en la actualidad como Isco Alarcón o Marcelo.
También se fue el argentino y llegó el 'obrero Zidane'. Vio todo destartalado y se tuvo que poner manos a la obra para unir por pedazos un equipo en el que la unión brillaba por su ausencia.
Sin grandes salidas
Una de las claves del técnico francés para volver a cohesionar el vestuario fue confiar en las 'vacas sagradas'. Muchos aficionados y periodistas pedían la salida de jugadores como Ramos, Marcelo o Modric, pero el francés calmó las aguas y se hizo con el favor del vestuario. Apenas retocó el equipo en cuanto a salidas, ya que se marcharon jugadores como Ceballos o Marcos Llorente.
Defensa contra viento y marea
A diferencia de Lopetegui y Solari, Zidane se ha mostrado como un roble ante las críticas de la prensa a determinados jugadores. En las últimas semanas se aprecia muy bien con Gareth Bale. Cuando toda las miradas apuntaban a su compromimo con el equipo, el francés no solo le defendió ante los periodistas, sino que le dio la titularidad ante PSG y Alavés.
Esos gestos hacen de Zidane un entrenador único.