La meritocracia ha muerto

12.03.2015 13:31 de  Ángela Castañeda   ver lecturas
La meritocracia ha muerto
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Madridistas, la meritocracia ha muerto. Tal vez murió hace meses cuando Diego López tuvo que emigrar a Italia en busca del reconocimiento y la estabilidad que se le negó en España.  O en la presente temporada, cuando se ha visto a jugadores muy por debajo de su nivel y no han recibido ni un 'banquillazo'. Parece que da igual que los teóricos titulares del Real Madrid estén a años luz de su mejor momento, porque siguen partiendo desde el once inicial y eso no tiene vestigios de cambiar. La comodidad es uno de los peores enemigos del futbolista.

¿Cuánto más tiempo hemos de esperar para ver el tan esperado cambio en la portería del Madrid? No vale con tener a un portero top en el banquillo, trabajando para ganar una oportunidad que nunca le llega. ¿Y por qué? Porque delante tiene al ‘que tanto nos ha dado’, dado en pasado, porque el presente dista mucho de aquellas paradas imposibles que hacía el que un día fue el 'Santo'. Pero ese Casillas ya no está, toca renovar la portería y dar paso a los siguientes.

Durante la presente temporada la línea que más ha rotado, bien por decisión técnica bien por lesión, ha sido la zaga. Toni Kroos, un futbolista que deslumbró y que aún dará muchas alegrías al madridismo, está asfixiado. Khedira continúa jugando pese a que aún no ha demostrado esta campaña nada… y así podría seguir. El Real Madrid necesita volver a la meritocracia, que  jueguen los que mejor entrenen, que sean titulares los que mejor estén, los que lo den todo sobre el césped. "¿Tú no quieres correr? No problema para mí, banquillo", así se presentó Mourinho a la todopoderosa plantilla blanca. A muchos no les gusta que jueguen los mejores, prefieren que jueguen los de siempre, los 'nombres'.

Por el momento, habrá que estar del lado del capitán del barco, mientras por el retrovisor esperamos que la meritocracia resucite y con ella ese Madrid todoterreno. Ese equipo con identidad, con garra y con casta. Meritocráticos aguantad, que los buenos tiempos volverán.