Los desprecios de Del Bosque

La entrevista publicada por el diario chileno La Tercera a Del Bosque va a traer cola, y es que el seleccionador español ha vuelto a la carga con sus típicos pellizcos de monja a Florentino Pérez y un sector del madridismo. Afirma el salmantino sentirse dolido por los desprecios de una parte de la afición, sin preguntarse en ningún momento por qué ha llegado a tal situación un hombre que ha pasado la mayoría de su vida en el Real Madrid. 

Si Del Bosque afirma sentirse molesto, a los hinchas del club blanco les duele el Madrid por encima de todas las cosas. Sus continuas injusticias con los jugadores madridistas y sus ataques velados a la institución, con el único fin de menospreciar a Florentino, han situado al técnico más cerca de la fe culé que de los valores de Bernabéu. Las pantomimas y la falsa modestia no han hecho más que alejar al Marqués de Chamartín y acercarle a los condados catalanes.

El rencor no es un buen compañero de viaje y menos guardárselo al club que te ha dado de comer durante 40 años de tu vida. Cualquier ser humano, con un mínimo de gratitud, llegada la situación que pasó Del Bosque en 2003 diría: "Muchas gracias y hala Madrid". Pero esas son palabras que jamás han salido de la boca de un entrenador que hizo bueno aquello de 'los enemigos de mis enemigos son mis amigos'. 

Tampoco beneficia al Marqués conceder entrevistas a José Miguélez, aquel periodista que dedicó toda clase de desclasificaciones a Arbeloa en TVE -sí, con nuestros impuestos- y a través de su cuenta personal de Twitter. La actitud servil y aduladora de Miguélez se plasma perfectamente en una conversación con el salmantino en la que más que preguntar, opina. 

Serenata tras serenata, Del Bosque ha ido intentando convencer de su verdad al resto de los mortales. Al menos reconoce en La Tercera que se equivocó al no recoger la medalla del Real Madrid, aunque vuelve a meter la pata con su posterior explicación. El seleccionador español ha sido capaz de recoger hasta el Nabo de Oro, pero no recibir el reconocimiento de ese club que tanto dice amar. Los años y la fe culé quizás hayan hecho olvidar a Del Bosque una de las grandes enseñanzas de Bernabéu: "Por encima de todo está el Real Madrid".