Los espartanos nunca caminarán solos
Con la Liga perdida y con el principal reclamo madridista a 10 días vista, el aficionado blanco tenía marcado en el calendario la elección de los 30 jugadores por parte de Del Bosque para la próxima cita mundialista en Brasil. Al final, en cuanto se supo la lista se vaticinó lo que parecía ser un secreto a voces y que comenzó aquel pasado mes de marzo, cuando el Marqués descartó la presencia de Arbeloa para el amistoso contra Italia.
Para muchos "intelectuales" eso era lo que estaban esperando desde hacía mucho tiempo, pero había algo en el aire que podía indicar que era únicamente para ese partido, tal y como dijo en su día el propio Vicente. Sin embargo, la lesión que le ha tenido apartado de los terrenos de juegos hasta hace poco más de una semana parece ser el detonante. Y digo parece porque más de un renombrado tuitero ha echado al traste la explicación de su ausencia, porque jugadores como Thiago o Jesús Navas también se encuentran lesionados y no han sido capaces de jugar ni un minuto en el tramo final de temporada, cosa que si hizo el salmantino el pasado domingo ante el Celta y que probablemente hará ante el Espanyol y quizá ante el Atlético en Lisboa.
Si no es por la lesión, entonces ¿por qué se le deja fuera o por qué se celebra que no esté entre los preseleccionados? Simple y llanamente porque es un tipo que se sale de lo común, no se lleva bien con la prensa –ni mal-, no entiende de servilismos y tiene una cosa clara por encima de cualquier otra: El equipo siempre por delante de todo. Si hay que defender al entrenador de turno –llámese Pellegrini, Mourinho o Ancelotti-, se hace. Si hay que partirse el pecho para defender los continuos ataques del eterno rival, se hace. Si tiene que actuar de capitán cuando el verdadero está más interesado en crear polémicas sobre su competencia en el puesto, se hace.
Esa actitud tan loable y deseada en un equipo de fútbol le ha llevado a ser el saco de golpes tanto de "periodistas" como de compañeros de profesión. Odiado, pero a la vez temido. Tal y como eran aquellos guerreros de la antigua Grecia, que eran tildados de salvajes, severos o toscos, pero al mismo tiempo infundían temor y respeto a partes iguales. Por eso mismo quiero ensalzar a ese salmantino criado en la cantera madridista que defiende al equipo por encima de todos, sean enemigos del bando rival o del tuyo propio, que no ha dudado en anteponer los intereses de la mayoría a los suyos particulares.
"Desde el momento en que pudo permanecer de pie fue bautizado en el fuego del combate. Enseñándole a nunca retirarse, a nunca rendirse". Gracias, capitán.