Los perdones a Casillas
Hace un tiempo decidí dejar a un lado el debate Casillas-Diego por el bien del Real Madrid, en primer lugar, y el de mi salud mental, en segundo. Obviando el hecho de que la indiscutible e incansable campaña mediática en favor de Iker Casillas nunca me ha parecido tolerable, la situación en lo que atañe a la portería blanca parecía últimamente más 'normalizada'. Diego, como siempre, cumplía perfectamente bien y en silencio con su trabajo, al tiempo que Casillas demostraba una mejoría en su rendimiento y en su actitud; parecía decidido (por el momento) a aceptar su rol de portero titular en Champions y en Copa, a dejar de un lado las 'amenazas' de salida y las lamentaciones públicas.
Y en esas andábamos, hasta que los recientes acontecimientos Casillas-Katia-Carletto-Diego me han tocado la fibra moral lo suficiente como para escribir unas líneas manifestando mi indignación. Indignación que, por otra parte, no creo sentir en solitario. No sé qué me parece más inverosímil, si el hecho de que Ancelotti pida disculpas a Casillas por unas declaraciones inofensivas de su hija, o que Casillas diga públicamente que "hay que saber perdonar". Pero, ¿perdonar el qué? ¿Me he perdido algún capítulo? Que alguien, por favor, me explique qué hay de malo en decir una obviedad tan contrastable como desprovista de mala intención como es que todo el mundo se preocupa por Casillas y nadie por Diego López. Vamos a no ser hipócritas y hablar claro, señores.
Se sea de Iker Casillas, de Diego López o de Paco Buyo, es evidente que si a Casillas se le mete una pestaña en el ojo, cualquier periodista (y mucho madridista) acude en su auxilio para soplarle y que ese endiablado pelo no pueda hacer pupa al capitán, pero si Diego López se cae de un cuarto piso, con asomar la cabeza por la ventana y comprobar que no se ha roto la espalda, ya vale. Total, no es canterano ni español. Oh, wait...
Esta chica, se llame Katia Ancelotti o Rodolfa Pérez, no ha dicho absolutamente nada que no sea verdad o que tenga la más mínima intención de hacer daño a Iker Casillas. Simplemente, no entiende la doble vara de medir que existe en este país, como no la entendemos muchos otros. Es la ya mítica práctica del doble rasero como modo de enjuiciamiento y actuación a todas las esferas posibles. En el terreno deportivo, Real Madrid-Barcelona; Mourinho-resto de entrenadores del mundo y del inframundo; Diego López-Casillas; Cristiano-Messi. Y suma y sigue.
Por lo tanto, ¿qué demonios hace Ancelotti pidiendo disculpas a Casillas por eso? ¿Qué demonios hace el capitán 'aceptándolas'? Disculpas tendría que pedir Carletto, en nombre de su hija, si se le hubiera faltado al respeto o insultado. Disculpas deberían pedir aquellos que ningunean constantemente a un excepcional profesional como es el señor Diego López, sean periodistas, 'madridistas' o compañeros de profesión. Ya está bien de estupideces y de mirar para otro lado.
Hasta que no se decida otra cosa, Diego López es el portero titular del Real Madrid en Liga e Iker Casillas es el portero titular del Real Madrid en Champions y en Copa del Rey. Hay que aceptarlo, guste o no; hasta que no se vea otra cosa, sí, es cierto que pocos se preocupan por Diego y muchos se preocupan por Iker. Pero los que nos preocupamos, nos preocupamos mucho. Respeto.