Los pitos del Bernabéu
Vaya por delante que la autoridad del público del Bernabéu está fuera de toda duda y que cada uno en el fútbol expresa libremente su opinión de la forma que quiere. Los aplausos, pitos, cánticos y pañoladas vienen incluidos en el pastón que cada uno se deja en taquilla. Ahora bien, hay conductas que merecen ser criticadas, o por lo menos debatidas, cuando afectan al devenir del equipo. Hace tiempo que ese monstruo creado por la prensa -'El público del Bernabéu es el más exigente y que el más sabe de fútbol del mundo'- se ha comido a una gran parte de los aficionados.
En los últimos años en el coliseo blanco se ha aplaudido a Silva, Llorente, Pirlo y hasta Iniesta. Todavía está por ver qué es lo que ha sacado en positivo de esto el Real Madrid. Quizás, a la hora de completar la cartilla de señorío, te regalen un abono permanente a un tetería madrileña y dos entradas para la ópera. El caso es que mientras se ha tenido esa actitud con los jugadores rivales, el Bernabéu se ha encargado de pitar injustificadamente a varios de los suyos, haciendo buena aquella frase de que tu mayor enemigo está en casa.
En la partido contra el Rayo se pudo contemplar uno de esos episodios de locura transitoria por la que pasan de vez en cuando una parte de los madridistas que acuden al estadio. La pasada temporada esta histeria tuvo su momento culmen al aplaudir la expulsión de tu propio portero, un hecho sin precedentes en la historia del fútbol español. Ante los de Jémez no se llegó a superar lo rídiculo de aquella acción, pero se rozó. Pitar a tu guardameta cada vez que toca el balón no parece la mejor forma de aportar tu granito de arena para que el equipo se lleve la victoria. Injustificados silbidos además, ya que no parece que Diego López haya sido el culpable de que el Real Madrid haya tirado media Liga en tan solo cuatro días.
Pero el bonachón del portero gallego no fue el único que salió escaldado del Bernabéu, Benzema y ¡Cristiano! también tuvieron su ración particular de pitos. Extraño que el estadio no apoye a uno de los dos jugadores que dieron la cara contra el Barcelona, pero más tristeza produce oír ese sonido dirigido hacia tu mejor jugador y actual Balón de Oro. La aportación de Cristiano Ronaldo al club y al equipo no es que haya sido indiscutible, es que el Real Madrid no volverá a tener a un jugador así en mucho tiempo. El luso ha defendido la camiseta blanca infiltrado, dolorido y hasta ensangrentado. Su compromiso está más que demostrado y todo lo que ha dado se merece el reconocimiento eterno por parte de los madridistas.
Más ganaría el madridismo si olvidara de una vez el maldito señorío y dejara de bailarle el agua a los compinches de Relaño y compañía. El carné de madridista no se regala con MARCA ni AS, ni con Bernabéu Digital. Contra el Dortmund se volverá a ver a un estadio en plena comunión con el equipo, pero capítulos como el vivido ante el Rayo hacen que uno reflexione sobre en lo que la afición del Real Madrid se ha convertido.