Nunca florece en otoño

07.10.2014 16:00 de  Iván Cáceres   ver lecturas
Nunca florece en otoño
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En el fútbol -y en especial en el Real Madrid- se tiende a lanzar las campanas al vuelo cuando todo va bien, y a teñir de pesimismo el ambiente de todos los sectores de un club cuando las cosas van mal. Bien pues esto es algo que está pasando ahora mismo en el equipo blanco, tras pasar un inicio lleno de dudas y de desconfianza, parece que en el equipo de Ancelotti todo vuelve a funcionar.

Una de las partes más importantes para que haya tenido lugar este cambio en el panorama merengue está en la portería, Íker Casillas ha vuelto al lugar que perdió, con la confianza de su entrenador e incluso la mejor estima del preparador de porteros, Vecchi. La certeza de que será el titular este año ha dado tranquilidad al mostoleño, y eso se ve en el campo, sus últimas actuaciones han despejado el mar de dudas en el que el cancerbero andaba sumergido.

Tampoco hay que olvidar que el equipo aún está dando sus primeros pasos en la presente temporada, y la portería no es la única que ha incrementado su credibilidad. En el centro del campo, la MJK (Modric, James y Kroos) se empieza a entender con la ya célebre BBC, el tridente ofensivo más letal del planeta fútbol. Carvajal y Marcelo también parecen entonarse y se presentan como los laterales titulares para esta temporada, que junto con Ramos, Pepe y Varane deben formar una sólida defensa, a la altura del mejor ataque.

Pero a pesar de la renovada confianza de Casillas, la mayor implicación defensiva de James, o el buen momento de Benzema todo el mundo sabe que nunca florece en otoño. Los campeonatos no se ganan en octubre, pero esta es la senda que debe seguir el equipo de Concha Espina si quiere aspirar a todo, ya que ni a comienzos de temporada eran el peor Madrid en años, ni ahora son la octava maravilla del mundo. El Real Madrid tiene mimbres para seguir siendo una potencia dominadora en Europa, pero no será ahora cuando se reconozca su máxima expresión, si no cuando consigan alcanzar el éxito colectivo en forma de títulos.