Por desgracia es lo que hay

El domingo fue un día muy doloroso para los madridistas de todo el mundo. Ya sea únicamente por el resultado o por el cómo, el Madrid dejó escapar una oportunidad única de ratificar la categoría de este equipo en un momento clave de la temporada con las semifinales de Champions y la final de Copa a la vuelta de la esquina.

Está claro que mi primer clásico desde Nueva York no lo recordaré con una sonrisa de oreja a oreja, pero guste o no ya nada se puede cambiar. Por desgracia ya es inútil gritarle a Carvajal que por su espalda llega Iniesta totalmente sólo. Es posible que Dani, la mejor opción para el lateral derecho que tiene el Real Madrid, no recuerde un gol muy parecido que hiciera Abidal hace 2 años en copa, gracias a la colaboración del 'experimento' en el lateral de Altintop, pero ya no podemos hacer nada.

Por desgracia tampoco podemos decirle a Sergio Ramos que sólo con soplar a Neymar el señor colegiado podría compensar su error anterior con otra pena máxima, la consiguiente expulsión y prácticamente el final del partido o al menos de la competitividad. También es inviable avisar a Xabi Alonso de que Iniesta buscará el contacto y que no debe meter la pierna porque significaría el tercer penalti a indicar por un árbitro que NO QUISO pitar ninguno en el partido del Camp Nou, y que el domingo NO QUISO ver el pisotón del ganador de varios Oscars y mayor incitador de los últimos clásicos, curiosamente sobre el que siempre será señalado.

Aparte de la injusta derrota, y para rematar la faena, puede que 2 jugadores madridistas reciban un castigo disciplinario extra por parte del Comité Técnico de Árbitros debido a su palabras criticando el arbitraje tras el partido. Está claro que de momento no existe un Delorean que viaje al pasado y evite que Sergio y Cristiano puedan utilizar su libertad de expresión para mostrar la frustración del vestuario, por lo que huele a sanción ineludible, un poquito de saña a la premeditación y alevosía reinante durante los 90 minutos reglamentarios. De hecho sólo falta que también ordenen el cierre de la cuenta de Twitter de Alvaro Arbeloa, que expresó en menos de 160 caracteres el sentir de una afición.

Todo lo que ocurrió en el último clásico está claro que ya no se puede alterar y el sello notarial del dichoso cambio de ciclo sigue sin estamparse. Parece que aún no conviene un reinado del Real Madrid, que por desgracia para los seguidores del club blanco esto es lo que hay. Normalmente terminaría estas líneas con un "confiemos puesto que aún queda mucha temporada", pero me da que al menos en las competiciones domésticas necesitaremos algo más que tener al mejor equipo. Como dicen por estas tierras: We'll see.

autor

Emilio Caballero

Periodista. Director y editor de USA Sport Passion. Amante del deporte de nacimiento y del fútbol sin disfraz. Manhattan es el reflejo de caos, orden, pasión, estrés y sueños, el espacio perfecto para escribir ante un folio en blanco.