Opinión

Rodrygo, muchas gracias por todo, pero puedes irte

Rodrygo, muchas gracias por todo, pero puedes irteBernabeudigital.com
Rodrygo, Real Madrid
© foto de Federico Titone/BernabeuDigital.com
Ieri alle 15:00Opinión
de Diego Rivero Mosqueda
La opinión de Diego Rivero

El mercado de fichajes del Real Madrid ha comenzado muy fuerte, sobre todo en cuanto a las entradas, y es que el propio Xabi Alonso ha pedido ciertos nombres que finalmente llegarán. Parece que Florentino Pérez se ha levantado de un letargo que le ha hecho retornar con más fuerza, y ha identificado los principales problemas que tiene el club en la parcela deportiva. Acerca de estas figuras, para qué engañarnos, las incorporaciones son todas de un altísimo nivel a nivel presente, pero también con un largo plazo particularmente espectacular en todos los sentidos. Con todo ello, hay que hablar de salidas, tanto para poder hueco a estas llegadas, como porque la vida son ciclos, y alguno se ha acabado de forma irremediable.

Rodrygo Goes, uno de los héroes ante el Manchester City en 2022, y un jugador que ha demostrado que con carácter se habría comido Europa, no tiene sitio. El fútbol, al igual que la vida, no perdona ni ante los mejores, aunque el brasileño ha ido decreciendo en este ámbito como las hojas cuando caen en otoño. Es una pena, ciertamente, sobre todo para los fanáticos del carioca, pero su etapa ya ha acabado por muchísimos factores. Y si, realmente hay problemas de salud mental entremedias, creo que nuestro querido '11' tendrá que empezar algo nuevo en otro lugar, porque ese 'reset' en la cabeza puede ayudarle. El famoso "cambio de aires" que tanto se dice, y es que esta temporada ha sido la peor que ha podido hacer como jugador blanco.

Su salida es necesaria, tanto por él como por nosotros y el propio club. Con un ingreso tan grande se podrían cubrir varios fichajes que ya se han realizado, pues es muy joven y su proyección sigue intacta, pero su presente ha decaído enormemente. Muchas gracias, Rodrygo, de verdad, pero tendrás que darte cuenta de que la realidad es una, y tus pensamientos son otra muy diferente.