Sanciones y recursos

En los últimos tiempos, las actas de los partidos parecen dogmas de fe. Lo que allí se escribe no se modifica, aunque quede probado que el árbitro se equivocó. Los clubes pueden recurrir las tarjetas que vean sus jugadores, pero pocas veces, por claro que sea, esas cartulinas serán retiradas. Esta semana hemos vuelto a comprobar uno de estos casos, la segunda amarilla que vio Isco ante el Málaga y que le impedirá jugar ante el Celta.

A cinco minutos del final en La Rosaleda, el de Arroyo de la Miel vio una injusta cartulina amarilla que conllevaba la expulsión, y la correspondiente sanción para el próximo partido. El Madrid decidió recurrirla, pero el Comité de Apelación decidió no aceptar el recurso. Podemos estar más o menos de acuerdo con la decisión, pero hay algo que llama la atención. El mismo organismo ha decidido retirar la amarilla a Messi, y el de Competición, una semana antes, decidió hacer lo mismo con Samuel García, futbolista del Málaga que pudo jugar contra los de Ancelotti.

Nadie niega que la tarjeta al argentino, tras recibir un monedazo o un botellazo, era absurda. Pero igual de injusta es una cartulina por perder tiempo tras sufrir una agresión, como por una falta que no la merece o, como en este caso, que ni siquiera es falta. ¿Diferencia de trato? Quizá no lo sea, pero esta decisión no ayuda a pensar lo contrario.

En cualquier caso, ya no hay marcha atrás. Desde Chamartín han decidido no acudir al TAD e Isco se perderá el partido de este sábado. Illarramendi acompañará a Kroos en el centro del campo. Con el vasco, Ancelotti mantiene el sacrificio, pero pierde la magia en la medular del malagueño. Y todo por una decisión errónea de un árbitro y las consiguientes sanciones y recursos.