Se va Campillo, suena Míchel
Anoche me acosté pensando en cuán deprimentes y poco inspiradores son los períodos sin fútbol. Y digo fútbol, no fúpbol, ergo las pachangas de la Selección ante tamañas potencias futbolísticas como Georgia o Bielorrusia no sirven. El Madrí de basket me alivia y me ilusiona, pero no me anima a escribir, solo a ver los partidos y a congratularme por tener un equipín salao y gustador. Suerte que nuestras eminencias en el periodismo deportivo patrio siempre están ahí para decir alguna genialidad que sirva para reactivarme o, en su defecto, para echarme unas risas.
Por ejemplo, leía yo ayer a Carreño y a Lama (saludos, Manolos) decir que "el periodismo deportivo español es, de largo, el mejor del mundo". Releí varias veces el párrafo buscando un "jaja ¡Qué cachondos somos! En realidad hacemos basura putrefacta, pero la gente nos sigue viendo y leyendo porque somos ídolos de masas y asín será por siempre jamás". No encontré nada parecido, claro. Tantos años de ejercicio desmedido de cinismo han dado sus frutos. Probablemente crean que aquí se hace buen Periodismo Deportivo, y probablemente no hayan leído en su vida un periódico extranjero. Probablemente, de hecho, crean también que es perfectamente lícito y periodístico llamar en directo a un profesional del fútbol, internacional con su selección y jugador del Real Madrid, "cono de entrenamiento". Y tal, y tal.
Cierto es que partimos de una base un tanto deprimente para expulsar a los payasos sin gracia del circo mediático y construir algo serio, aunque poco a poco (muy poco a poco) van apareciendo síntomas de que evolucionamos. Gracias a Twitter, claro está. Esta mañana me he despertado con la interesante noticia de que Unidad Editorial busca nuevo director para Marca. No es de extrañar. Campillo es la encarnación del concepto 'a medias'. Está bien que los de arriba se hayan dado cuenta de que la actual línea editorial de Marca deja insatisfecho a todo hijo de vecino.
Y es que hay un factor elemental que el amigo Óscar ha ignorado por completo: España es un país de extremismos o, lo que es lo mismo, España es un país de "madridistas y de antimadridistas", como diría Don Santiago Bernabéu. El pobre Campillo esto no lo ha llegado a entender nunca, y por eso ha ido dando bandazos de un lado a otro sin ser capaz de emprender un camino concreto. Su intento de abrirse a un target no madridista no ha calado por dos razones muy simples: Generalmente, quien no siente simpatía por el Madrid desea ver al club desintegrarse, sufrir, morir. A esos lectores potenciales nunca les parecerá que el cubo de heces vertido sobre el Real Madrid es suficiente, y se irán a Sport a cubrir sus necesidades.
Por otro lado, quien siente simpatía por el Madrid (y no vive en un bucle de confusión conceptual o en el piperismo más obtuso) no quiere leer informaciones sesgadas, portadas maliciosas y opiniones malintencionadas en las páginas de su EXdiario de referencia. Vamos, esencialmente no quieren encontrarse con la misma editorial que en As. Si el Marca de Campillo hubiera sido hábil, habría aprovechado el apabullante declive prisaico, pero en lugar de eso ha decidido seguir tímidamente el tufillo, combinando intentos de ejercicios periodísticos serios con episodios de antiperiodismo salvajes. Los 'a medias' no gustan. Estás despedido, Óscar; Míchel, suenas tú.