Silencio, habla Arbeloa
La excelsa entrevista de Manuel Jabois a Álvaro Arbeloa en Jot Down dejó varios titulares y la admiración de todos al trabajo del periodista y a las respuestas francas del lateral del Real Madrid. Quizá, mal acostumbrados a un formato más rudimentario y a las frases llenas de tópicos de los futbolistas, tanta repercusión se deba a la pérdida de normalidad en las relaciones entre periodista, personaje y lector.
Las fotografías en blanco y negro típicas de esta publicación no hacen más que resaltar ese perfil cabal y sin pelos en la lengua del defensa blanco. Arbeloa caerá mejor o peor, pero no deja indiferente a nadie. Su sinceridad ha sido siempre interpretada por algunos en clave de ataque velado a una parte de la prensa y a algún que otro compañero. Esa es la pena que deben cumplir lo que se salen de la reglas no escritas en un mundo llamado fútbol y en el que la hipocresía y las medias tintas están al orden del día.
Arbeloa volvió a evidenciar en cada una de sus respuestas la existencia de ese aura de capitán sin brazalete que le persigue desde que retornara al Real Madrid. El fondo de su mensaje debería ser escrito con letras de oro en la biblia del madridismo. La defensa del club por encima de todo y la meritocracia como método de trabajo, valores reales que siempre han estado presentes en la filosofía de la entidada blanca y que concuerdan plenamente con todas las enseñanzas de Santiago Bernabéu.
Referente en el vestuario para veteranos y noveles, Arbeloa ha sido gran defensor de todos sus entrenadores mientras compartían objetivos. Los técnicos siempre han encontrado en el lateral algo más que un simple jugador de la plantilla, han tenido a su lado a un hombre que antepone el beneficio del grupo a la gloria personal. Y todo esto, en el fútbol actual, cada día es más difícil de encontrar. Por eso, cada vez que se escuchan o se leen unas declaraciones del '17' blanco, solo se puede decir: silencio, habla Arbeloa.