¡Vilma, cierra la puerta!
El Real Madrid regresa de Alemania con la extraña sensación de no celebrar ni un ápice un empate en Dortmund. Históricamente un 2-2 en el Signal Iduna Park se hubiera considerado un buen resultado, pero esta vez tuvo el conjunto blanco tan cerca el triunfo que el gol de Schürrle en el minuto 87 fue un mazazo por cómo, cuándo y después de lo que se producía. Tercer partido sin ganar, también sin perder, de los de Zidane. Otra vez, como en Las Palmas, una victoria que se escapa durante la agonía del duelo. Vilma, no abras la puerta. Ciérrala de una vez, que diría Pedro Picapiedra.
No está sabiendo caminar sobre el alambre el Madrid. Fallos puntuales están costando puntos y urge cambiar la tendencia cuanto antes. La semana amarilla terminó con tres partidos en tablas. Por fin terminó al menos. Lo mejor que le puede pasar a Zidane es evitar hasta el Cádiz en Copa del Rey. El mal fario se va con el Dortmund y ahora llega el Éibar que viste de azulgrana y ese color le va mucho más a los madridistas.
Poco más pudo hacer el actual campeón de Europa en Alemania. El error de Keylor Navas en el primer tanto de los de Tuchel describe la historia del Madrid durante los últimos siete días. Un fallo y mala suerte, muy mala suerte. Jugó bien el conjunto blanco pero no encontró premio. Tan cerca y tan lejos del triunfo. Una de cal y otra de arena. Cara y cruz. La montaña rusa permanente que es el Real Madrid. Aléjense de una vez los malos espíritus.