Zidane Peta-Zetas
Llegó el momento. Se acabaron las excusas. Los cartuchos que le quedaban al Real Madrid parecen llegar a su fin. Pero una de las últimas balas es la dorada. Brillante oro argelino llega al banquillo blanco. Metal precioso como jugador pero que tiene que explotar como técnico en la tienda más importante del mundo.
Obligado. Así llega a mi mente el recuerdo de uno de los vicios más estimados de mi infancia. La sensación de los Peta-Zetas regresa por culpa de Zidane. Esa explosión inesperada que hace y hacía a uno abrir los ojos, activar el modo noche y simplemente dejarse llevar por esa extraña sensación.
Zidane ha llegado para eliminar el amargo sabor que ha dejado Benítez tanto en la plantilla como en el madridismo. Golosina que, desde el principio, se antojaba caducada para tal momento. Zizou, con su ilusión desbordante, quiere devolver al paladar blanco el gusto y la dulzura perdida en el 15'.
Peta-Zetas. Explosión sensorial y distorsionada que hacía de aquel momento de la tarde cumpleañera algo especial. La clase de los Campos Eliseos aderezada con el punch de Madrid emana de un Zidane que tiene que hace del debo un he hecho.
Que la sombra del pasado no empañe el presente y que este sea tan dorado y explosivo como la luz que emanaba en cada control. Suerte y al toro Zidane. Nuestros recuerdos en tus manos se cobijan, no los distorsiones.
"No perdamos nada del pasado. Sólo con el pasado se forma el porvenir". - Anatole France