Todo es cuestión de expectativas y de realidades

Lo más complicado de vivir es intentar buscar aquellos propósitos, incluso los gloriosos, que diría Loki, porque a veces seguir es la única opción que nos queda. También lo es identificar las proyecciones que se nos aparecen en unas personas presentes recordándonos lo mejor del pasado que no volverá... o sí, pero de otra manera. Me pasa un poco con Xabi Alonso, a quien no tenía en tan alta estima debido a que lo radicalmente diferente puede dar algo de miedo. Aunque, tal vez, por eso yo no soy Florentino Pérez ni ningún elegido de algún universo alternativo. El tolosarra parece haber cambiado todo, y pese a que sea muy pronto para afirmarlo tan rotundamente, las sensaciones son más que ideales.

Doce años después, de forma personal he vuelto a sentir muchas cosas viendo al Real Madrid. Con el inciso de Zidane, a quien considero el mejor entrenador de la historia del club, y probablemente del fútbol, y al que siempre echaré de menos cuando esté lejos de su casa. Cuando se anunció a Xabi y pude disfrutar de su primera rueda de prensa, nunca pensé que pudiera volver a ver a José Mourinho de nuevo en el Santiago Bernabéu. Y lo vi, al menos espiritualmente. También sobre el césped, y es que la verticalidad y el buen uso de los espacios es lo más predominante en el fútbol que quiere proponer el tolosarra.

Aunque las expectativas que nos creamos nosotros y el golpe de realidad pueda ser diferente, supongo que Xabi se ha ganado un adepto más para su causa. Y no solo por el fútbol que proponga, sino por la meritocracia, la sinceridad y también un amor puro al Real Madrid que pocos han logrado expresar de la forma más caballerosa posible. Parece que el siguiente sería Álvaro Arbeloa, y es que la esencia más sincera sigue más viva que nunca.