James pensé que este día llegaría. Florentino ha cambiado, giro radical

El flequillo de Ronaldo, las cuantiosas caderas que desajustó en el arte del dribbling y sobre todo la facilidad de producir el arte del gol en numerosas ocasiones, le hicieron coronarse campeón del Mundo, alzar al pueblo brasileño a eso que tenía acostumbrados los Pelé, Garrincha y cía y colocar a la Seleçao en lo más alto de la historia, pentacampeona bajo un logo “Nascidos per a jogar futebol”. Florentino lo pagó. La coronación de Cannavaro como “Il Capitano”, la consolidación de un bloque dirigido desde la retaguardia tras los ojos de Fabio y la consecución de la Copa del Mundo por cuarta vez, haciendo así a Cannavaro, mejor jugador del Mundial y Balón de Oro. Florentino lo pagó. La hora punta de una generación tan trabajada como Alemania con Kroos de vigilante en el mediocampo, la capacidad de engrasar una máquina monstruosa siendo partícipe del más mínimo detalle y la expiración de su contrato con el Bayern añadido a una mala relación con Rummenigge, haciendo al jugador más completo del Mundial, en un objeto de mercado. Florentino lo pagó. Y para colocar la guinda al pastel, James Rodríguez, máximo goleador del Mundial, estandarte de la selección colombiana en el Mundial, sensación y confirmación de estrella añadido a un puñado de autopistas en su país natal. Florentino lo pagó.

Así llegó James al Madrid, inmerso en una burbuja condicionada por el buen rendimiento que ofreció el jugador en el pasado Mundial. Con seis dianas en cinco partidos, siendo el máximo goleador de dicho Mundial, llegaba aquel joven que se erigió como el líder de una de las selecciones que causó furor durante su travesía por Brasil. En esta burbuja siempre cabe la voz del madridismo. Un madridismo exigente que no veía con buenos ojos la llegada del colombiano, se incluye servidor. El colombiano sin miedo al fracaso superó en su primera temporada las cifras que le respaldaban en su carrera profesional. Pieza clave en el sistema de Carlo, junto a Kroos era uno de los jugadores con más recorrido. De más a menos, sin quererlo ni saberlo, James ha acabado saliendo por la puerta de atrás del Santiago Bernabéu. Muchos le recordarán, pero muchos otros le criticarán su falta de compromiso en acciones puntuales. Dicho esto, la segunda mejor zurda del panorama actual parece haber dicho punto y final a su aventura en el Madrid. Se esfuma un sueño.

La política ha cambiado. No se pagará las caprichosas exigencias del Mónaco por Mbappé, -puede que se espere al próximo año- ni tampoco se harán locuras por un portero con contrato de superestrella. Florentino Pérez ahora busca rejuvenecer una plantilla muy competitiva y fortalecer una rivalidad sana desde dentro de la plantilla. Los Asensio, Llorente, Vallejo, Theo y Ceballos son el camino a seguir. Un giro radical que no es noticia del presente sino que arrastra un tiempo con consecuencias inmejorables para las vitrinas del Real. La fórmula es clara: menos galáctico, más éxito.