La crisis que atravesó el Madrid también azotará a Atlético y Barça
El Real Madrid no está teniendo una temporada nada fácil. Sin embargo, el club blanco aún continúa inmerso en la pugna por los tres títulos a los que aspira. Las aguas han bajado revueltas por el Santiago Bernabéu durante toda la primera parte de la temporada, en especial durante el legado de Julen Lopetegui. El preparador vasco tenía ante sí un reto histórico tras el alto en el camino de Cristiano Ronaldo, el mejor jugador de la historia del club. La presión pudo con el exseleccionador y no consiguió dar con la tecla. Al descalabro inicial en la Supercopa de Europa se le sumaron la grotesca imagen en el Camp Nou ante el Barcelona (5-1) que supuso su destitución, y otros devaneos como la condena a Vinícius al ostracismo.
Con la llegada de Solari, el Madrid pareció reencontrarse después de haberse perdido a sí mismo. La conquista del Mundial de Clubes supuso la guinda del 2018, pero con el inicio del nuevo año regresaron las dudas con los tropiezos ante Villarreal y Real Sociedad. Empero, Solari ha conseguido explotar las mejores virtudes de Vinícius y de un Benzema inmaculado, que se entiende a las mil maravillas con el imberbe carioca. La meritocracia y la capacidad de reponerse a la gran cantidad de bajas han sido las principales premisas para que el Real Madrid se haya plantado en las semifinales de Copa y se encuentre en plena forma para el decisivo partido ante el Ajax de mitad de febrero, con el retorno de la Champions.
El Real Madrid ha conseguido olvidar a Cristiano Ronaldo en cuestión de meses. El portugués ha hecho historia durante las nueve temporadas que ha vestido de blanco, pero en menos de media temporada, el conjunto de Chamartín ha conseguido recuperar la solvencia que el luso atesoraba y de la que dependía. Atlético y Barcelona han podido degustar la amargura que se vivía en el Santiago Bernabéu, lo mismo que les espera cuando Simeone y Messi decidan echarse a un lado. Ambos combinados dependen en gran medida de sus dos líderes argentinos. Simeone recuperó la competitividad en el Atlético y devolvió a los colchoneros a la cúspide de Europa, permitiendo el codeo con los gigantes del Viejo Continente. Mientras, a Messi le sobran las presentaciones, y en ciertos partidos en los que Valverde ha decidido darle un respiro, ha tenido que enfundarse el mono de trabajo para salir al rescate de un Barça vulgar, como ante Athletic o Leganés esta temporada.