Las "bombas" de las que habla Zidane no están nada claras

Bernabeudigital.com

Zinedine Zidane ha lanzado el órdago en la rueda de prensa previa al choque frente al Villarreal. El entrenador blanco ha asegurado que de aquí al lunes por la noche puede pasar de todo aún. Una, dos bombas... El Madrid tiene efectivo en la recámara para acometer uno o dos trasvases antes del próximo 2 de septiembre o sobre la bocina del mismo, y en la 'Casa Blanca' gustan y mucho estas fechas para dar un golpe definitivo sobre la mesa que absorba todo un verano. Sin embargo y al margen de la repercusión obtenida, puede no ser la mejor fórmula al no completar el/los jugador/es correspondientes la pretemporada con su nuevo club, precisando el fichaje de una combustión inmediata sin conocer los automatismos de su nuevo equipo.

Al margen del cambio de cromos inminente entre Keylor Navas y Areola, no parece que vayan a ejecutarse movimientos en la defensa. A partir de ahí es donde pueden entrar en juego las famosas "bombas" que decía Zidane, borrosas en el horizonte. Con Pogba prácticamente imposible, cuyo entrenador ha vuelto a insistir en que seguirá en Mánchester, se dibujan las opciones de Eriksen, Van de Beek y Bruno Fernandes, éste último también complicado para el presente curso. Si alguno llega, mucho más factible el danés o el neerlandés a los que solo les separa una llamada, James tendría que hacer las maletas, lo que a día de hoy parece una utopía tras haber sido respaldado por el club.

Y en la zona de ataque a día de hoy con la temporada comenzada el único que cumpliría el cartel de "bomba" es Neymar. De todos los futuribles y aunque parezca que su permanencia en París está cada minuto que pasa más garantizada, es el más viable. La negociación entre PSG y Barça no ha cuajado, el club galo quiere venderle y el jugador no quiere continuar. En el carioca pesa mucho más el deseo de abandonar la entidad francesa independientemente del destino que ir al Barcelona, pues nunca ha declarado públicamente que sea en 'Can Barça' donde quiera desplegar su fútbol inexorablemente. El Madrid tiene dinero, Florentino anhela a su más recóndito y antiguo deseo, las relaciones con Al-Khelaïfi son excelentes y encaja en el once. Restan algo menos de tres días de mercado, y el Madrid, a contrarreloj, podría desperezarse en una suerte en la que se atiborró el pasado mes de junio, pero que desde entonces y luego de un caudal de críticas por la gestión, no ha vuelto a practicar. Todavía no hay nada claro y moverse en la improvisación es peor que quedarse quieto.