Lo de ayer no basta. Bale tiene que dar mucho más

Bernabeudigital.com

Bale volvió a exhibirse con un título en juego como ya hiciera en la final de Copa de 2014 o en la pasada final de Champions. El galés, tan intermitente como siempre y lastrado por las lesiones, no logra obtener la regularidad competitiva que ha de caracterizar al supuesto sucesor de Cristiano Ronaldo. Y es quizá esa etiqueta la que pese en el británico. Porque nunca ha demostrado que pueda seguir los pasos del portugués en materia goleadora e influencia del juego. Porque probablemente no sea el rol que deba desenvolver en el Madrid.

Cristiano Ronaldo disputaba casi la totalidad de encuentros de la temporada dada su voracidad competitiva. El luso pulverizaba registros, estadísticas y batía récords casi en cada comparecencia. Si Bale disputa tres partidos seguidos sin molestias, es un milagro. Gareth es un jugador de momentos y la irregularidad pesa sobre sus piernas. Ayer respondió ante un rival infinitamente inferior pero aún está por ver su influencia en el torneo de la regularidad: LaLiga y en la Champions. La comparación con Cristiano es inevitable dado su estatus de estrella y la cifra que el Madrid desembolsó por él en 2013. Además, los blancos no han querido desprenderse del jugador bajo ningún concepto cuando aún cotizaba al alza en el mercado inglés.

La suerte de Bale en la presente campaña y su influjo en la consecución de los objetivos es una incógnita, pero que no nos confunda el partido ante el Kashima.