Madrid se merecía otra final
Tottenham y Liverpool prometían dar un buen espectáculo sobre el césped del Wanda Metropolitano, pero del dicho al hecho... La final empezó de una de las formas más surrealistas: con un penalti en el segundo 19' del encuentro. Sissoko 'tocó' el cuero con la su brazo y el árbitro decretó la pena máxima. Salah adelantaba a los 'reds' y la final fue cuesta abajo.
Ni Tottenham ni Liverpool dieron el espectáculo esperado, por lo que muchos aficionados cuestionaron la final a través de redes sociales. El partido transcurría sin apenas ocasiones, de hecho, hasta los último 15 minutos Alisson era un aficionado más. El brasileño aguantó a los visitantes en el día de ayer en los momentos de apuro cuando los locales, el Tottenham, se acercaba a su meta.
A falta de 5 minutos para el pitido final Divock Origi se volvía a vestir de héroe y anotaba el gol de la sentencia. El Liverpool es justo campeón, pero Madrid merecia otra final.