Un plan cuestionable, pero debería ser una obligación

Al margen de las conclusiones que se puedan extraer de la rueda de prensa de Sergio Ramos a raíz de las palabras de Florentino Pérez el pasado lunes, lo cierto es que no debería ser noticia ni novedad, ni tan siquiera algo extraordinario que un jugador convoque a los medios para informar sobre cuál será el devenir de su futuro.

Para acabar con el sinfín de rumores que se generan en estos casos, las confusiones y los ríos de tinta que se escriben en la prensa, los futbolistas deberían estar obligados por sus clubes a salir y dar la cara como parte de su profesión. De no ser por la charla de esta tarde, aún resonarían los tambores del futuro destino del central del Real Madrid y las apuestas por su nuevo club coparían las portadas de los periódicos deportivos en los días venideros. Tanto para ratificar el puesto como para anunciar un punto y aparte y por respeto al club, a la afición, y por supuesto a la siempre denostada prensa, pues ello contribuiría a que no circulase información errónea.

Ejemplos como Neymar en 2017 con su salida del Barça o Griezmann el año pasado, que de haber optado por esta fórmula hubiese evitado el escarnio y la evitable expectación que se generó a raíz de su famoso vídeo 'La Decisión', donde anunció su continuidad en el Atlético de Madrid para un año más tarde volver a las andadas.

Es posible que la estrategia del presidente del Real Madrid y el camero tenga lagunas, lo que ha desembocado en contradicciones al afirmar el '4' que lo de China fueron especulaciones cuando fue el máximo mandatario blanco quien lo reconoció, pero lo cierto es que Sergio Ramos continuará en el Real Madrid y se evitará así un tedioso verano con el desenlace del entuerto.