Un proyecto planificado desde marzo y que deja muchas dudas

El pasado mes de marzo el Real Madrid no tenía ninguna posibilidad de alzar algún título. Eliminados de Copa del Rey y de Champions y con LaLiga ya decantada a favor del Barcelona, el club blanco comenzaba ya a preparar la próxima temporada. Si algo quedó claro el año pasado fue que la vieja guardia había perdido el hambre, la ambición. Por ello, cuando Zidane regresó como entrenador del Real Madrid, el francés aseguró que “cambios vamos a tener”. Cinco meses y medio después, la sensación en el Santiago Bernabéu es completamente opuesta.

Hasta ahora, el club ha incorporado a cinco caras nuevas (Jovic, Hazard, Militao, Rodrygo y Mendy), además del regreso de un James Rodríguez que hasta hace una semana no entraba en los planes de Zidane. De todos ellos, solo el belga viene con galones de titular, de modo que el once de gala de Zizou es el mismo que el de 2016. De hecho, todos los jugadores que salieron de inicio frente al Valladolid (a excepción de Courtois), formaban parte de la plantilla madridista hace cinco años. ¿Revolución? No parece.

La pretemporada en clave madridista fue desastrosa. Entre lesionados y resultados sonrojantes (el 3-7 frente al Atlético entre otros), el ánimo de la afición se encontraba por los suelos. Llegó entonces el primer partido oficial y el equipo sorprendió para bien, con un triunfo solvente en Balaídos (1-3). Pero el regreso al Bernabéu se le volvió a atragantar al Real Madrid, que no pudo frente a un Valladolid (1-1) que pudo incluso llevarse los 3 puntos del feudo blanco.

La sensación es que este proyecto deja muchas dudas. Algo imperdonable teniendo en cuenta que tanto el club como el entrenador han tenido más de cinco meses para planificar la plantilla. Queda una semana para que el mercado de fichajes cierre. Más vale que Florentino mueva ficha…