Zidane se la juega: la afición le juzgará por su sentido de la justicia mientras Morata, Isco y Asensio esperan

Mañana, sábado 29 de abril, se disputa un nuevo partido de liga entre el Real Madrid y el Valencia en el Santiago Bernabéu. Los blancos llegan al encuentro con la autoestima alta de nuevo tras la contundente victoria ante el Deportivo de La Coruña en Riazor (2-6) y que les mantiene en la lucha por el campeonato doméstico, aunque segundos, después de que hace dos jornadas el Barcelona se llevase la victoria del feudo blanco por 2-3 y escalase hasta la 1ª posición en la tabla (con un partido más).

Lo curioso de estos duelos no es el resultado, más propio de un partido de tenis en el primero y difícil de ver el segundo, ya que requiere la derrota del Madrid, que si es complicado en cualquier escenario, lo es más en su estadio. Lo más inusual de estos encuentros es que, precisamente, el Madrid perdió con los supuestos jugadores titulares e indisctubles y que, no sólo ganó, si no que mostró el mejor fútbol de la temporada, con los menos habituales, como Isco, Asensio, James o Morata, entre otros.

Esto no ha hecho más que complicar a Zidane que, seguro que entusiasmado por la victoria en Riazor, una parte de él hubiera preferido un ajustado 0-1 o 1-2 ya que, de esa manera no habría debate sobre el ya famoso 'planA' o 'planB' y podría poner de inicio a la BBC aunque no lo merezca, sin recibir ninguna crítica, que es lo que quiere, aún que nadie más que él sepa por qué.

El técnico francés está empezando a ser cuestionado por la afición por primera vez desde que llegó al banquillo del primer equipo. Tras lograr la Champions en su primera temporada como entrenador de élite, a parte de SuperCopa de Europa y Mundial de Clubes, y con la liga de este año a tiro y la Champions de nuevo cerca, Zizou no las tiene todas consigo. Parece imposible que con esos números y datos en sólo casi dos cursos completos la gente lo critique pero es que, en ciertos aspectos, lo merece.

Se le acusa de no llevar bien las rotaciones y de no calmar las aguas del vestuario, cada vez más separado y bravo después de que los jóvenes vean que cuando salen lo hacen infinitamente mejor que los veteranos e indiscutibles y aún así no los pone en la mayoría de partidos. De no tener a los que se consideran el futuro del equipo (Morata, Mariano, Asensio o Isco) contentos y pensándose seriamente abandonar el club a final de temporada, algo que ningún aficionado perdonaría al francés, y tampoco Florentino, que, según los últimos rumores, ya peina el mercado para buscar un entrenador de garantías, en caso de que el Madrid termine la temporada en blanco.

Es por eso que este fin de semana no sólo se la juega el Madrid, también se la juega particularmente Zidane, tanto para el presidente (necesita ganar si o si para segurar su puesto) como para la afición (si no pone a los que lo merecen empezará a abrir una brecha entre jugadores y con el público).

Habrá que esperar a mañana para ver que tipo de técnico es Zidane y si es realmente alguien justo y con personalidad para sentar a jugadores que, aunque hayan costado 60, 70, 80 o 90 millones, lo hacen peor que jugadores que han salido gratis de la cantera o han costado muchísimo menos.

Zidane, es tu turno.