La maquinaria alemana del Real Madrid: el paso de Stielike a Kroos
Todos conocemos la valía de Toni Kroos, ya no por el extensísimo palmarés que posee, sino por las cualidades que demuestra en cada partido y año tras año. El pasado 1 de marzo superó en partidos jugados a otro de los míticos y más queridos en el Real Madrid, Uli Stielike, que, tras ocho años en la disciplina del club blanco, conquistó los corazones de todos los aficionados, y aun hoy, más de uno le recuerda con nostalgia por todo lo que aportaba en el terreno de juego. El clásico bigote que tenía le distinguía por encima del resto, aunque no fue el primer alemán que piso la capital, ya que antes llegaron Netzer y Breitner, del que se consideró una traición por venir del Bayern de Múnich, aunque ya crearon precedente. Uli fue un jugador que llegó a corear el estadio según me ha contado siempre mi madre, y fue de esos jugadores que el aficionado se reserva en la memoria por su entrega y su calidad. Más allá de los trofeos que se ganaron y los que también se perdieron, como las finales europeas contra el Liverpool, el legado que dejó como jugador alemán con más partidos, 308, dejó su nombre grabado en la historia. Illgner llegó posteriormente y es uno de los mejores porteros de la historia del equipo blanco, el guardameta de la Séptima Copa de Europa, extremadamente completo y que todos guardamos en el corazón con mucho cariño. Los últimos antes de Toni fueron Khedira y Özil, que fueron clave en los títulos cosechados en estos cuatro y tres años respectivamente que estuvieron aquí.
Toni Kroos no es comparable al 'Panzer alemán', que, por cierto, Santiago Bernabéu fichó tras haber querido comprar a Herbert Wimmer, pero en el descanso del partido quiso al número 9, a Uli. El organizador de la 'CMK', el que maneja el tempo del partido como quiere y que ha marcado la década en Europa con el Real Madrid, ha dejado atrás a uno de sus ídolos, dicho por el mismo, y que, además, comparten características sentimentales para los aficionados, como aquella celebración en su cambio contra la Juventus en la final de la duodécima, alentando y celebrando lo que iba a ser una nueva Champions para el equipo blanco. El madridismo de los jugadores es algo que no se olvida tan fácilmente, y por ello, tanto Uli como Toni, serán siempre de lo más recordado en la capital.