Año nuevo, vida idéntica

06.01.2014 00:00 de  Michi Huerta   ver lecturas

Pasaron las cenas, los turrones, los colegas, los cuñados, Sergio con los Morancos, las campanadas horteras y los camellos de los Reyes. Y la vida sigue donde estaba. Más o menos es así en lo que se refiere al Madrid, que no va ni para un lado ni para otro y que saca los partidos con una actitud funcionarial que un seguidor apasionado –aquí el menda, por ejemplo– traduciría como la antesala del Apocalipsis.

Muchos nos dejamos parte de la salud en ese alambre fino en el que ha decido jugarse su equipo las opciones ligueras. Somos así de idiotas o estamos muy necesitados de emociones fuertes, aunque posean el amargo regusto de la derrota, siempre estrepitosa en nuestro club. En Mestallá se arregló al final. Y contra el Celta pasaron los minutos y el sufrimiento fue similar, sin un dominio claro de la situación y con un largo empate en el marcador hasta que irrumpió Jesé para animar el cotarro.

Todo sigue donde estaba. O sea, mal. Algunos iluminados creyeron en su día que la lesión de Khedira era un acto de justicia poética perpetrado por alguna deidad de la belleza. Son los mismos que clamaban por Carvajal Marcelo en las bandas. Y por Modric e Isco acompañando a Xabi. Se suponía que con esos sobre el verde el Renacimiento italiano se iba a quedar en una anécdota de la historia del arte.

Resultó que no y Rafinha se puso los botas en todos esos terrenos que suele pisar generosamente el alemán. Por concretar más, dicho territorio empieza en un área y termina en la contraria. Afortunadamente los socios de Rafinha en la delantera dirigen su punto de mira hacia la Segunda división. De tener medio delantero letal el Celta hubiera dejado una tonelada de carbón en el Bernabéu y se habría ido tan pancho.

Charles –creo que se llama así, perdón– rivalizó con los defensores del Madrid para erigirse en el peor de la cita pero Álvarez Izquierdo los dejó a todos con un palmo de narices. Álvarez Izquierdo, lo advierto para los no iniciados, es un señor que pita y que cobra un pastón por administrar justicia. El caso es que su nivel de acierto habría sido superado por un mono dipsómano, cojo y tuerto. Al tipo vestido de amarillo, que corretea como un pavo subidito de ínfulas, le pintas la cara de verde como al Grinch y te roba la Navidad con carácter retroactivo. Menudo pájaro.

Sí, ya sé que no estoy positivo para las fechas que corren. Los propósitos navideños han quedado hechos jirones con otra hora y media de mediocridad madridista, apenas aliviada con los goles de Cristiano y la actitud de Modric. El croata sí que vive sus obligaciones metido en faena, no como Di María. O como Butragueño. Sí, Butragueño, el encargado de las entrevistas pospartido, que afirmó no saber a qué se refería su interlocutora cuando le preguntó por los errores arbitrales que habían perjudicado al club del que cobra.

* "¿Cómo?", replicó extrañado a la cuestión.

Y es que el regalo sorpresa no venía en el roscón. Lo traía el Director de Relaciones Institucionales del Real Madrid Club de Fútbol. Y menuda dentera, señor.

Michi Huerta
autor
Michi Huerta
Miguel Ángel Huerta Floriano, "Michi", es cacereño, madridista y fordiano. Licenciado en Derecho y en Periodismo. Doctor en Comunicación. Profesor universitario. Juntaletras ocasional. Autor de varios libros sobre estética y narrativa audiovisual. Bloguero. El primer regalo que recibió su hija Eva fue una camiseta firmada por Raúl González Blanco. Tiene por cerebro un Tango Adidas y sueña con el Monument Valley y con "la Décima". Amante de la belleza.