Carletto, el seductor

21.08.2013 00:00 de  Redacción   ver lecturas

54 años, italiano, una ceja intrigante, un pelo bañado por las canas y una elegancia al más puro estilo Zidane en sus tiempos mozos. Carlo Ancelotti tiene todo lo que se puede esperar de un gran seductor y, por si fuera poco, el tío se pone a hacer méritos para seducirnos todavía más.

Porque lo cierto es que antes de su fichaje muchos estábamos algo recelosos por su llegada. Todos los entrenadores parecían poco al lado del gran José Mourinho, y se nos hacía difícil decirle adiós al alocado portugués. Pero el momento llegó –tenía que llegar a la fuerza-, y Florentino Pérez por fin pudo abrir el regalo que tanto había pedido a los Reyes Magos en años anteriores. Se ve que la ceja de Carletto ya encandiló al presi tiempo atrás.

Una vez abierto, el regalo de FloPer comenzó su camino como entrenador del Real Madrid ante un madridismo ilusionado. Ancelotti repartía cariño y seducción por doquier. Dio minutos a Casillas en la pretemporada para sacarle una sonrisilla al chaval, y se los dio a Diego López para que tuviese claro que cuenta con él. Sedujo también a Cristiano y le hizo sentirse el MVP de este Real Madrid. Dio oportunidades a todos los canteranos, que temían no tener hueco en el equipo, y, por si fuera poco, se dedicó también a cautivar a la afición. Mandaba guiños por aquí, saludos por allá, autógrafos por aquí y, por qué no, también le levantaba la ceja a la chati que estaba sentada en la tercera fila. Carletto es así, y tiene amor para dar y regalar.

Así iban las cosas cuando llegó su estreno en la Liga. Ancelotti quería seguir seduciendo a la afición y no podía perder la oportunidad. Y así lo hizo, o al menos con parte de ella. Puso sus italianos testículos sobre la mesa y dejó en el banco a Casillas, provocando que hordas de Mourinhistas se manifestasen alegremente a lo largo y ancho de las redes sociales, mientras que los demás se quedaban algo confusos en sus asientos, rodeados por montañas de cáscaras de pipas, pensando en cómo el cabrón del italiano les había comido la oreja pa' nah'. "Qué típico de los italianos", decían.

Pero así son las cosas. Carletto ha conseguido encandilar a gran parte del madridismo de bien en poco tiempo y no ha sido, ni mucho menos, por el mero hecho de dejar al capitán calentando el banco, sino por demostrar desde el primer día que aquí manda él y que no va a caer ante las presiones externas a la primera de cambio. Aunque, ya de paso, ha dejado claro que Mourinho no estaba loco, que tampoco viene mal.

Ancelotti se ha sacado la cola por primera vez y lo volverá a hacer las veces que sea necesario para imponer su criterio a las presiones externas, o eso esperemos. Por esa misma razón, las decisiones que tome a partir de ahora deberán ser respetadas de cabo a rabo, tanto por unos como por otros. Su primera resolución ya ha dejado tras de sí una considerable polémica y un reguero de críticas por parte de muchos, por lo que el camino que queda por recorrer promete volverse más angosto y enrevesado a cada paso.

Lo que sí está claro es que, por el momento, nuestro seductor parece ser el sucesor perfecto de Mourinho. Solo le falta que su equipo enamore sobre el césped de la misma manera que lo hace él desde el banquillo.