Esto no es Hollywood

Allá por el año 2000 se incorpora a la disciplina del C procedente del Lugo. Después, diferentes cesiones, banquillazos y, finalmente, traspaso al Villareal donde desarrolló sus mejores años. En el conjunto de Castellón llegó a saborear las mieles de la selección. Tras sufrir un doloroso descenso con el Submarino Amarillo, llega al Sevilla donde, tras unos meses infames en el equipo dirigido por Míchel, no le queda más remedio que doblegarse al caciquismo de determinados compañeros de vestuario. En el mercado de invierno de la pasada temporada vuelve a nuestras filas para hacerse con el puesto de portero titular y, quién sabe, cerrar el círculo para poner broche de oro a una carrera marcada por el afán de superación y la profesionalidad.

Si atendemos a los datos expuestos en el párrafo anterior, la historia podría tratarse de una película hollywoodiana repletas de emoción, traiciones e incluso alguna que otra escenita de amor que nos haría derramar alguna lágrima. Coincidiréis con nosotros en que el guión sería un caramelo en manos de muchos de esos directores con pelo alborotado y aspecto desaliñado que algunos tanto idolatráis.

Pero no. La historia es real. Pertenece a un deportista que desde sus comienzos no ha recibido concesión alguna. Un hombre que ha demostrado que se viste por los pies en todos y cada uno de los lugares que ha trabajado, eso, un hombre. Un tío que ha saboreado todo tipo de sinsabores a lo largo de su carrera, y que nunca, NUNCA, ha tenido un mal gesto o una mala palabra con ningún compañero de su ya largo periplo como futbolista en el cual, creednos, ha tenido mil y una oportunidades de hacerlo. Todos sabemos que no hay que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar algún ejemplo.

Lo verdaderamente elogiable es que, siendo ninguneado, vilipendiado, insultado e incluso utilizado para atacar a otros, ha sabido sobreponerse y rendir al máximo nivel con una numerosísima bandada de poderosos buitres apoyados en su larguero, partido tras partido, al acecho. Desde aquí nuestro total apoyo a uno de los nuestros. Uno de esos futbolistas que, cuando termine su carrera, podrá ir por la vida con la cabeza bien alta. Un profesional. Diego López, ánimo y a por todas, portero.