Bellingham no es de Birmingham, nació en Chamartín
Un partido de Champions necesitó Jude Bellingham para demostrar, nuevamente, que el 29 de junio de 2003 nació para jugar en el Real Madrid. En su debut en la Copa de Europa, el jugador inglés siguió con la tradición madridista de conseguir victorias en los últimos minutos, apuntándose al territorio de lo imposible protagonizando ya su primer milagro en el Santiago Bernabéu. No fue el gol más bello, pero hay que estar ahí para cazar esa pelota y enviarla al fondo de la red. Le caen los balones como a las grandes estrellas y en los minutos más decisivos. Como si llevara años experimentando ese ADN madridista tan característico y que florece principalmente en las grandes noches europeas. Y eso que no estaba cuajando una gran actuación, ni muchísimo menos, pero las grandes estrellas es lo que tienen... De pronto aparecen y resuelven el encuentro.
Es impresionante cómo se ha adaptado al Real Madrid en apenas un par de meses. Seis goles en seis partidos. No hay quién lo pare. No se arruga ni en Champions. Bellingham ya sabe cómo se las gasta el Bernabéu en la Copa de Europa, y ha conseguido estar a la altura rematando una de esas victorias que tanto gustan al madridismo. Sin achantarse, sin encogerse, como si hubiera nacido en Chamartín y estuviera acostumbrado a esas grandes noches. Aún queda un largo camino, pero Jude está llamado a ser toda una leyenda en el Madrid.