Levantarse tras el tropezón
La derrota de anoche del Real Madrid ante el RB Leipzig no debe suponer más que un tropezón para la hemeroteca de haber perdido un invicto que tarde o temprano tenía que llegar. Ya lo dijo Ancelotti en rueda de prensa, al final es muy difícil acabar una temporada entera sin perder ningún partido y en algún momento tenía pasar.
Lo mejor es que ocurrió en un partido en el que prácticamente la trascendencia brilló por su ausencia. Es cierto que asegurar la primera plaza del grupo era algo importante por lo que luchar, pero lo único que se ha hecho ha sido aplazarlo una semana más, para el partido ante el Celtic en el Santiago Bernabéu, con nuestra gente y, además, sin la necesidad real de ganar si por un casual el Shakhtar les da un susto a los alemanes en Varsovia.
A POR TODO LO QUE VIENE
El partido de este domingo ante el Girona debe suponer un aumento en la moral del Real Madrid para seguir afianzándose en lo más alto de la clasificación en LaLiga Santander. La derrota del otro día no puede y no debe servir como un punto negativo, sino como algo de lo que aprender a que no te puedes relajar ante ningún rival porque todos van a intentar ganar al mejor equipo del mundo, ya que es su partido más especial de la temporada.
La realidad es que dudo que la derrota haya afectado a los pesos pesados en el Real Madrid y, seguramente, se tomen muy en serio el partido de Champions ante el Celtic en el Santiago Bernabéu y también los próximos compromisos ligueros ante Girona, Rayo y Cádiz en los que van a ser los últimos cuatro partidos antes de parar por el mundial que se celebrará en Qatar el próximo mes de noviembre.