¡No al racismo!
El fútbol es un deporte que levanta pasiones, es una realidad. Cuando dos aficiones van al estadio a disfrutar de un partido con una rivalidad sana en la que la tensión existe en el ámbito deportivo, es algo bonito de ver. No obstante, lo que hemos visto durante el derbi que jugó anoche el Real Madrid ante el Atlético de Madrid, se sobrepasaron todos los límites de las rivalidades.
El partido ya estaba calienta después de la polémica que se inventaron algunos por los bailes de Vinicius en sus celebraciones. Hasta ahí todo normal. Algunos pueden considerar que es una provocación y otros que simplemente disfruta del fútbol de esa manera. Son diferentes consideraciones y hay libertad de pensamiento para cada uno. El problema es cuando se entra en el terreno personal y anoche no es que se entrara, es que directamente lo ocuparon por completo.
La mayor lacra que hay en el deporte es el racismo, algo que habría que extrapolar a la sociedad en general. Para animar e incluso para ‘picar’ al rival no hace falta llevárselo al terreno de la raza o del color de piel, pero parece que a algunos eso se les ha olvidado. Anoche el planeta fútbol vio de primera mano como algunos ‘aficionados’ (si es que se les puede llamar de esa manera) cantaron en los aledaños del estadio “Vinicius, eres un mono”. Unos gritos lamentables, desafortunados y completamente fuera de lugar.
No voy a ser yo quien diga que si eres rival y temes a Vinicius no le puedas criticar o intentar picar a toda costa, pero llegar al descalificativo así por el color de piel no es síntoma de estar muy bien de la cabeza. Es que, además, es un tiro en tu propio pie porque no creo que a jugadores como Kondogbia, Reinildo o Cunha les haya hecho especial gracia que sus propios ultras coreen ese cántico.
ES UNA CONSTANTE
Es un problema global y que difícilmente va a acabar. No le faltaba razón a Simeone cuando dijo “esta es la sociedad que tenemos”, pero el problema está en que es algo que hemos normalizado y de la que no hay expectativa de cambio. Lo sufrió Vinicius ayer, al igual que le ocurrió a Dani Alves en Villarreal, a Iñaki Williams en Cornellá o a Marcelo en más de un estadio de primera división. Es intolerable y no le hace bien al fútbol ni al deporte en general. Por eso, hoy más que nunca, fuera racistas del deporte.