Qué trabajo cuesta pitarle un penalti a favor al Real Madrid
Para variar, nótese la ironía, el último partido del Real Madrid no estuvo exento de polémica. Se pitaron dos penaltis a favor por una clara falta de Palacios sobre Vinicius y una mano evidente de Pere Milla. Sin embargo, hubo otras dos acciones merecedoras de infracción en el área del Elche que no se señalaron: una zancadilla a Hazard y una mano de Verdú. La primera de ellas puede dejar algo más de dudas, aunque en las imágenes se ve cómo el defensa ilicitano trastabilla al belga. De hecho, De Burgos Bengoetxea pitó penalti, pero desde el VAR, por primera vez desde ni se sabe el tiempo, le corrigió y el árbitro acabó desestimando la pena máxima.
Sin embargo, la segunda acción es mucho más evidente; el balón golpea claramente en la mano de Verdú. Es cierto que el zaguero del Elche está de espaldas y no ve la pelota, pero... ¿acaso la veía Militao en el Real Madrid - Sevilla del año pasado en Valdebebas? Una jugada idéntica en la que, a diferencia de esta última, sí que se pitó penalti. Una de las dos interpretaciones es errónea. Si se falló en aquel partido en el Di Stéfano, que se asuma y se diga, pero si se acertó... ¿entonces por qué no es penalti la mano de Verdú? ¿Quizás porque no era del Madrid? ¿Porque ya era demasiado pitar otra pena máxima a favor de los blancos? Yo recuerdo un encuentro en Mestalla con hasta tres penaltis para el Valencia, en contra del conjunto madridista. Y alguno de ellos bastante dudoso.
Dicen y alardean desde el comité de árbitros con que los criterios de las manos, los penaltis, etc. se explican por igual a todos los equipos de LaLiga. Sin embargo, está claro que no siempre se aplican de la misma manera, y qué casualidad que cuando se producen penaltis dudosos... la balanza cae del lado contrario del Real Madrid. Si son a favor, no se pitan; si son en contra, casi siempre se señalan. Qué trabajo cuesta pitarle un penalti al equipo blanco, el mismo que estuvo cuatro meses sin lanzar una pena máxima. El empate se reconoce. Aun así se mereció ganar, pero el fútbol es así y cuando la pelota no quiere entrar... Ahora bien, me repito, y no pasa nada por decirlo: qué trabajo cuesta pitarle un penalti a favor al Madrid.