La guerra de Casillas
La entrevista realizada por Iñaki Gabilondo a Iker Casillas colea y agita al madridismo. Los defensores del guardameta ven en ella una prueba más de su sinceridad y humildad; en cambio los críticos sienten las palabras del capitán como una nueva guerra civil provocada por su innato don a meter la pata ante los medios de comunicación. Al final nadie gana, solo pierde un Real Madrid que ve como le crecen los enanos en una semana que debería ser plácida tras la goleada lograda ante el Athletic.
Casillas respondió a todo y habló sobre numerosos temas. Tarde, muy tarde y quizá en el peor momento posible, cuando la fractura en la afición sobre su figura ha llegado a la gradas del Bernabéu provocando una batalla de pitos y aplausos. Ha pasado mucho tiempo desde que Mourinho abandonara la capital de España, y más aún desde que Sara Carbonero incendiara el vestuario del club blanco con unas declaraciones inapropiadas y evitables para la pareja de todo un capitán del Real Madrid. No era el momento de valorar aquellas situaciones, ahora Casillas solo debía trabajar -con gimnasio incluido- para volver a ser el que un día fue.
Fuera de lugar queda también su palito a Florentino Pérez y a su supuesto aislamiento, más propio de un infectado por ébola que de un jugador de fútbol. Si hubo distancia entre Casillas y muchos de sus compañeros quizá la culpa fue de un capitán que en los últimos años ha tenido grandes enfrentamientos con Mourinho, Louro, Vecchi, Diego López, Arbeloa, Xabi Alonso e incluso Cristiano Ronaldo. Demasiadas víctimas por el camino y numerosas cuentas pendientes.