Las prisas juegan una mala pasada al Real Madrid

22.05.2020 22:27 de  Diego Fuentes  Twitter:    ver lecturas
Las prisas juegan una mala pasada al Real Madrid
© foto de J.M.Colomo

Si hay un club en el que hay que llegar y besar el santo en forma de éxito, ese es el Real. De blanco no valen las habladurías si no se transforman en hechos loables sobre el terreno de juego, y eso lo sabe y bien Éder Militao. Después de unos meses lustrosos en el Oporto, el Real Madrid se apresuró y sin haberse caído todavía las hojas de los árboles, ya había anunciado su fichaje. 50 millones de euros llevaron al carioca a la capital de España con su juventud y polivalencia como grandes virtudes dentro de su currículo. La posibilidad de confiarle las llaves del futuro unido a su capacidad para rendir tanto en el eje de la zaga como en el costado diestro terminaron por convencer al Madrid, que aún así se dejó un riñón en un jugador sin excesiva experiencia en la élite.

Sus primeros meses de blanco han terminado por confirmar la precipitación. Su indisposición el día de su presentación supuso el prefacio de su accidentado desembarco. El brillo de la dupla Ramos-Varane le ha enquilosado en el banquillo, y cuando ha tenido que atarse los cordones, su rendimiento no ha sido especialmente alentador. Por si fuera poco, el parón por el coronavirus juega en su contra, y está por ver el nivel al que vuelve y los minutos que es capaz de sumar con un Zidane que no medió en su contratación. El francés es partidario de pertrecharse con su compatriota Upamecano en su pretensión por implantar el acento francés en Valdebebas. La premura de la que los blancos se valieron para anticiparse en la contratación del paulista podría ser la hoja de ruta para que haga las maletas, aunque su situación y la de Jovic parecen hermanadas. Llegaron con un gran cartel y con edades embrionarias, pero las críticas hacia su rendimiento son inversamente proporcionales a los minutos de juego de los que han dispuesto. La calma y la continuidad deben ser las recetas ahora...solo que con un regreso abrupto y con LaLiga en un pañuelo ya no haya tanto tiempo para la paciencia que no se tuvo en días mejores.